Estados Unidos reta a China con un buque de guerra.
El destructor de la Marina navegó por las islas Paracel, en el disputado Mar de China Meridional, tras atravesar el Estrecho de Taiwán, desafiando la protesta del régimen chino, que reclama esas aguas como propias frente a los reclamos regionales.
La Séptima Flota de la Armada estadounidense dijo que el destructor de misiles guiados de clase Arleigh Burke, USS Curtis Wilbur, había llevado a cabo operaciones de libertad de navegación en las proximidades de las Paracels, que son reclamadas por Pekín, Taiwán y Vietnam.
En un comunicado, explicaron:
“Los reclamos marítimas ilegales y arrolladoras en el Mar de China Meridional suponen una grave amenaza para la libertad de los mares, incluidas las libertades de navegación y sobrevuelo, el libre comercio y la libertad de oportunidades económicas para las naciones litorales del Mar de China Meridional”. Además, resaltaron que Estados Unidos demuestra con estas operaciones que “estas aguas están más allá de lo que China puede reclamar legalmente como su mar territorial”.
Horas atrás, el régimen de Xi Jinping había emitido una protesta por la navegación y aseguró que había expulsado a la nave. Según señalaron, el USS Curtis Wilbur se adentró “ilegalmente” en sus aguas territoriales y relataron que las fuerzas chinas se movilizaron para rastrear y vigilar el barco y “lo advirtieron y expulsaron”.
Además, acusaron a Estados Unidos de aumentar los riesgos para la seguridad regional y calificó las maniobras navales como “poco profesionales e irresponsables”.
La respuesta de EEUU no se hizo esperar. La 7ª flota dijo que la operación “defendió los derechos, las libertades y los usos legítimos del mar reconocidos en el derecho internacional al desafiar las restricciones ilegales al paso inocente.”