El lema era lo primero que veían los deportados de las fuerzas nazis al llegar al campo de concentración
El arco metálico con el infame lema en alemán «Arbeit macht Frei» (el trabajo os hará libres), situado sobre la puerta de entrada del campo de concentración de Auschwitz, ha sido robado este viernes en Polonia.
Los empleados del museo, que actualmente existe en el recinto del antiguo campo de la muerte, informaron del robo a los agentes polacos.
La frase ha sido sustituida por una réplica y se ha iniciado una frenética investigación.
Según informa el diario israelí Haaretz -«Arrest ‘inhuman’ Auschwitz sign thieves»-, es la primera vez que roban la inscripción metálica de Auschwitz.
El lema figuraba en el arco de la entrada y era lo primero que veían los deportados de las fuerzas nazis al llegar al campo de concentración, situado en la Polonia ocupada por los alemanes durante la II Guerra Mundial.
Auschwitz, el mayor campo de exterminio de los nazis, situado a unos 70 kilómetros de Cracovia, estuvo en funcionamiento desde mayo de 1940 a enero de 1945.
EL CAMPO DE LA MUERTE
El complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el más grande que creó el régimen nazi. Incluía tres campos principales; en todos ellos los prisioneros eran utilizados para realizar trabajos forzados.
Uno de los campos también funcionó durante mucho tiempo como campo de exterminio. Los campos estaban ubicados aproximadamente 59 kilómetros al oeste de Cracovia, cerca de la frontera germano-polaca de antes de la guerra, en la Alta Silesia, un área anexada por la Alemania Nazi en 1939 después de invadir y conquistar Polonia.
Las autoridades de las SS crearon tres grandes campos principales cerca de la ciudad polaca de Oswiecim: Auschwitz I en mayo de 1940, Auschwitz II (también denominado Auschwitz-Birkenau) a comienzos de 1942 y Auschwitz III (también llamado Auschwitz-Monowitz) en octubre de 1942.
El 27 de enero de 1945, el ejército soviético ingresó a Auschwitz, Birkenau y Monowitz y liberó a alrededor de 7.000 prisioneros, que en su mayoría se encontraban enfermos y moribundos.
Se estima que las SS y la policía deportaron al complejo de Auschwitz a por lo menos 1,3 millones de personas entre 1940 y 1945. De estos deportados, 1,1 millones fueron asesinados por las autoridades del campo.