El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, defendió hoy la presencia de las armas nucleares tácticas en Europa poco antes del inicio del debate entre los países aliados sobre el futuro de la defensa atómica de la organización.
Rasmussen sostuvo, en una conferencia de prensa, que la presencia de esas armas nucleares tácticas es «una parte esencial» de la disuasión nuclear de la OTAN.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Alianza Atlántica comenzaron hoy una reunión informal en la capital de Estonia en la que esta noche debatirán, en una cena, el futuro de la política nuclear de defensa de la organización, pero Rasmussen se anticipó a la discusión manifestando su apoyo ante la prensa.
Cinco países de la Alianza (Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Noruega) han solicitado ese debate con las miras puestas en la retirada de esas armas tácticas, ya que la OTAN dispone de las armas atómicas estratégicas de EEUU y el Reino Unido, mientras que otro Estado miembro (Francia) posee armas nucleares pero no están incorporadas en la estructura militar aliada.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, tiene previsto defender la presencia de esas armas tácticas como parte de una disuasión nuclear creíble, según avanzaron fuentes diplomáticas de EEUU.
Rasmussen destacó que la Alianza Atlántica debe «hacer lo que pueda» dentro de un «compromiso activo» para apoyar los esfuerzos internacionales a favor del desarme, como los impulsados por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Pero, también dejó claro que mientras haya armas atómicas «la OTAN necesita una disuasión nuclear creíble, eficaz y gestionada de forma segura».
Aseguró asimismo que, durante la primera sesión de esta reunión de dos días, ha recibido el «fuerte apoyo» ministerial a varias ideas que presentó para lograr «profundas reformas» en la organización para una mejor gestión de los recursos.
Rasmussen insistió en la urgencia de hacer cambios profundos en la OTAN, de la que dijo que lleva a cabo sus misiones «a pesar de la forma en que está estructurada».
La Alianza Atlántica «tiene una estructura de cuarteles generales propia de la Guerra Fría que ya no puede permitirse», insistió el secretario general, quien apuntó además a la mentalidad de muchos funcionarios de la organización.
«Nuestra sede es un paraíso para la gente que adora los comités, pero yo no soy uno de ellos, y estoy seguro de que podemos agilizar las cosas en este área», afirmó.
«No hablamos sólo de cirugía estética, quiero una organización vibrante y en forma», advirtió Rasmussen.
Los ministros analizaron también los preparativos para la aprobación de un nuevo concepto estratégico de la OTAN, prevista para la cumbre de jefes de Estado y Gobierno que se celebrará en noviembre próximo en Lisboa.
Sobre este tema, Rasmussen avanzó que ese nuevo concepto debe mantener el «código genético» de la OTAN (el vínculo transatlántico y el compromiso de defensa mutua entre sus miembros), pero actualizado para adecuarlo a la situación actual del mundo a fin de establecer qué tipo de misiones se realizarán y qué recursos serán necesarios.
Los ministros de Exteriores podrían conceder en esta reunión a Bosnia-Herzegovina el Plan de Acción para la Adhesión (MAP), considerado el paso previo antes del ingreso de un país en la OTAN.
Bosnia-Herzegovina «está en el umbral», dijo Rasmussen, quien confió en poder obtener una decisión antes del final, mañana viernes, de esta sesión ministerial.
