A BORDO DE UN AVION MILITAR ESTADOUNIDENSE, 7 (Reuters/EP)
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha mostrado este lunes confianza en el compromiso del nuevo Gobierno británico con la misión militar en Afganistán y ha asegurado que Estados Unidos no va a pedir un compromiso adicional.
«En base a las conversaciones preliminares que he mantenido con (el secretario británico de Defensa británico, Liam) Fox, tuve la sensación de que el nuevo Gobierno británico está resuelto en lo que respecta a Afganistán y en reafirmar el compromiso existente», dijo Gates a los periodistas que viajaban con él en el avión militar estadounidense rumbo a Reino Unido.
«Creo que con los 9.500 soldados desplegados en Afganistán, Reino Unido ha hecho todo lo que se podía esperar. Así que no voy a pedir nada más a Reino Unido», agregó Gates antes de las reuniones que mantendrá en Londres con el nuevo primer ministro británico, con el ministro de Defensa y el secretario de Asuntos Exteriores.
El Gobierno de Estados Unidos va a enviar unas 30.000 soldados más a Afganistán y ha instado a sus aliados de la OTAN a que destinen más instructores para intentar acelerar el traspaso de competencias a las Fuerzas de seguridad afganas.
El pasado mes, el diario británico ‘The Times’ citaba unas declaraciones de Fox en las que aseguró que el nuevo Gobierno británico esperaba acelerar el proceso de retirada de sus tropas y señaló que Reino Unido «no estaba en Afganistán por el bien de las políticas educativas de un país anclado en el siglo XIII».
Por su parte, el Gobierno británico ha dejado claro que no ha fijado un plazo concreto para la retirada de sus tropas. El nuevo Gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas, que se formó tras las elecciones del pasado 6 de mayo, señaló que su principal prioridad en cuanto a política exterior era su estrategia en Afganistán.
Al menos 285 militares británicos han muerto en Afganistán desde la invasión del país por parte de Estados Unidos y Reino Unido en 2001. Las tropas de Reino Unido están desplegadas en la provincia de Helmand, en el sur del país, uno de los lugares con mayor presencia de la insurgencia talibán.
