Los diputados de la oposición abandonaron este martes la Asamblea Nacional francesa, donde se había abordado el escándalo que afecta al ministro de Trabajo, Eric Woerth, después de que el ministro de Presupuesto, François Baroin, acusara a la oposición de «jugar a la extrema derecha», según informan los medios de comunicación franceses.
Durante una sesión de preguntas al Gobierno, los diputados socialistas exigieron respuestas en varias ocasiones a Woerth, que no se pronunció sobre las últimas informaciones que se han publicado y que indican que cuando era tesorero de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido del presidente, Nicolas Sarkozy), recibió 150.000 euros en efectivo de la mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt, que habrían servido para financiar la campaña electoral de 2007 de Sarkozy.
Pero el Elíseo negó este martes en un comunicado que Sarkozy haya aceptado donaciones privadas de Bettencourt, que posee una participación del 30 por ciento en la poderosa empresa de cosméticos L’Oreal, para financiar su campaña de cara a las presidenciales de 2007.
«Es totalmente falso», subrayó, rechazando así las declaraciones de una antigua contable de la multimillonaria publicadas por el diario digital ‘Mediapart’. Claire T., que no ha revelado su identidad, asegura que la rica heredera y su marido dieron dinero en efectivo no sólo a Woerth, sino también a Sarkozy y a otros políticos de la derecha francesa (habla de la UMP y del Partido Republicano).
El jefe de Estado denunció que Woerth ha sido «calumniado». «Me gustaría de verdad que el país se apasionase por los problemas grandes (…), en vez de embalarse con el primer horror, calumnia, que no tiene otro objetivo que ensuciar sin ninguna clase de realidad», declaró mientras se desplazaba al municipio de Brie-Comte-Robert, en el departamento septentrional de Seine-et-Marne.
WOERTH NO DIMITE
Fuera de la Asamblea, Woerth dijo sentirse «indignado» por las acusaciones que ha hecho contra él la ex contable. «Hace ocho años que soy tesorero de la UMP, no hay ni un punto por el que se me pueda criticar», opinó.
El ministro de Trabajo, que consideró que este asunto «ha empezado a desbordarse un poco», recalcó que su partido «no ha tocado ni un euro ilegal» y afirmó que no tiene «ninguna intención de dimitir». «Espero con impaciencia el informe de la Inspección General de Finanzas», concluyó.
El fiscal de Nanterre, Philippe Courroye, tiene previsto realizar una investigación sobre el presunto fraude fiscal que habría cometido Bettencourt y sobre las acciones de Woerth y su esposa. De momento ya ha iniciado una investigación preliminar sobre unas grabaciones clandestinas de conversaciones entre Bettencourt y la persona que gestiona su fortuna, Patrice de Maistre, que sugieren que pudieron cometer ese tipo de delito.
AMBIENTE CALDEADO EN LA ASAMBLEA
El asunto Woerth-Bettencourt ha caldeado el ambiente este martes en la Asamblea Nacional. El primero en sacar el tema fue el presidente del grupo socialista, Jean-Marc Ayrault, que criticó que el Gobierno rechace la creación de una comisión de investigación parlamentaria, a lo cual la ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie, respondió diciendo que hay que dejar trabajar a la Justicia y respetar la presunción de inocencia.
También el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, incidió en la importancia de respetar la presunción de inocencia y censuró las sospechas que pesan sobre Woerth. Pero la oposición insistió y el ministro de presupuesto la acusó de «jugar a la extrema derecha».
«¿Se dan cuenta del mal que están haciendo a la democracia y de que están trazando el camino de los extremos?», les dijo Baroin. «¿Cómo pueden lanzar la anatema sobre unos y otros, sin pruebas?», preguntó. La intervención de Baroin fue la gota que colmó el vaso y los diputados de la oposición salieron de la Asamblea.
