La Unión Europea acordó este lunes endurecer las sanciones contra Irán aprobando un paquete de medidas restrictivas en áreas sensibles como la energía, el comercio y los servicios financieros, para forzar a Teherán a regresar a la mesa de negociación y buscar una solución negociada al conflicto nuclear que le enfrenta con la comunidad internacional.
La Alta Representante para la Política Exterior y la Seguridad Común (PESC), Catherine Ashton, resaltó que el endurecimiento de las sanciones envía un «mensaje potente» a las autoridades iraníes sobre la «grave y creciente preocupación» de los Veintisiete acerca de su programa nuclear.
En todo caso, Ashton precisó que «las sanciones no son un fin en sí mismo», sino que su objetivo es que Irán «vuelva a la mesa de negociaciones» para resolver la disputa nuclear «lo antes posible».
En la misma línea, el jefe de la diplomacia británica, William Hague, afirmó que el paquete de sanciones «sin precedentes» aprobado por la UE traslada a las autoridades iraníes la idea de que «cuanto más tiempo se nieguen a negociar» con la comunidad internacional «mayor será la presión y el aislamiento».
«Pero Irán tiene otra opción: Reino Unido y la comunidad internacional están dispuestos a negociar y todavía creen que el camino a seguir en este problema es la negociación multilateral», subrayó Hague.
También el titular de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, dijo que hoy se ha llegado al compromiso de que el reglamento de la UE sobre las sanciones esté concluido como muy tarde en septiembre pero al mismo tiempo sigue la «mano tendida» al diálogo y la voluntad de mantener conversaciones, «a su debido tiempo» para resolver a través de la negociación la cuestión nuclear.
«Por lo tanto, firmeza en la aplicación de las medidas del Consejo de Seguridad y las aprobadas en el Consejo Europeo del 17 de junio y al mismo tiempo diálogo como instrumento para lograr un compromiso de Irán en relación con las cuestiones nucleares», resumió el ministro.
La UE se suma a las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al adoptar nuevas medidas restrictivas en comercio, energía y sector el financiero, incluida la imposición de un embargo a nuevos bancos iraníes, así como restricciones a las actividades bancarias.
Se aplicarán igualmente a sectores clave de la industria del gas y del petróleo, donde se prohibirán nuevas inversiones de asistencia técnica y de transferencia de tecnologías, equipos y servicios relacionados, especialmente los correspondientes al refinado. También se negarán visados y se embargarán los activos de miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica.
En todo caso, los 27 están dispuestos a trabajar para lograr una solución diplomática animando a Teherán a responder positivamente a la invitación de reanudar las negociaciones sobre la base de la oferta hecha en junio de 2008.