Los sindicatos franceses ven «imposible» negociar la reforma de las pensiones con el ministro de Trabajo

Los sindicatos franceses ven "imposible" negociar la reforma de las pensiones con el ministro de Trabajo
El ministro francés de Trabajo, Eric Woerth. EFE/Archivo

Los sindicatos franceses consideran «imposible» negociar la reforma del sistema de pensiones con el ministro de Trabajo, Eric Woerth, dada su situación a causa del «escándalo Bettencourt».

Los secretarios generales de los dos grandes sindicatos del país, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), coincidieron en una entrevista conjunta que publica hoy el diario Les Echos en que dada la situación de Woerth, es «imposible» negociar sobre el fondo de la reforma con el Ejecutivo.

«¿Cómo puede gestionar al mismo tiempo gestionar sus problemas personales en el ‘escándalo Bettencourt’ y la reforma de las pensiones?», se preguntó el «número uno» de la CFDT, François Cherèque.

«Esta situación hace que no se aborde para nada el fondo del asunto», añadió Cherèque antes de concluir que «es un verdadero problema».

El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, insistió en que «Eric Woerth está objetivamente más ocupado y preocupado por otra cosa que por el asunto que nos interesa a nosotros».

Thibault se quejó que en este contexto «somos el único país que debe legislar sobre un asunto» de esta importancia «sin que haya ninguna negociación con las organizaciones sindicales».

Esta declaración pública de los líderes sindicales que han convocado una jornada de huelgas y manifestaciones para el próximo día 7 contra la reforma de las pensiones coincidiendo con el inicio del debate parlamentario de la proposición de ley, rompe con la que había sido su posición hasta ahora de no cuestionar a Woerth como interlocutor gubernamental.

El cambio de posición se produce después de que ayer el titular de Trabajo reconociera que había intervenido en favor del gestor de la fortuna de la multimillonaria Liliane Bettencourt, Patrice de Maistre, con una carta de marzo de 2007 -cuando el actual ministro era diputado y tesorero de su partido UMP- para solicitar que se le condecorara con la Legión de Honor.

Ese reconocimiento, aunque no tiene implicaciones judiciales, echa por tierra toda la línea de defensa de Woerth, que hasta ahora había asegurado que De Maistre era para él un simple conocido, y que si le había impuesto la Legión de Honor es por encargo de la ministra de Economía, Christine Lagarde.

El gestor de la fortuna Bettencourt contrató como asesora fiscal de la multimillonaria a la esposa del ministro, Florence Woerth, poco después de que se le otorgara la condecoración.

Woerth no está imputado en ninguno de los casos judiciales abiertos en el «caso Bettencourt», aunque la Fiscalía del Tribunal Supremo inició un procedimiento para recoger elementos susceptibles de determinar si tuvo un trato de favor cuando fue ministro del Presupuesto con la heredera de L’Oréal, acusada de evasión fiscal.

Además, hay diversos testimonios en la instrucción según los cuales Woerth recibió ilegalmente dinero de Bettencourt como tesorero de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Nicolas Sarkozy a comienzos de 2007, cuando el presidente francés preparaba la campaña electoral que le llevó ese mismo año al Elíseo.

El primer ministro francés, François Fillon, intentó anoche apagar los nuevos focos de deslegitimación de su titular de Trabajo con un comunicado en el que le reiteró «toda su confianza (…) frente a una campaña de descalificación inaceptable».

En un comunicado, Fillon aseguró que «Eric Woerth llevará a término en el Parlamento esta reforma de las pensiones que ha puesto en marcha».

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