Bruselas decidirá el miércoles si expedienta a Francia por las expulsiones de gitanos

La Comisión Europea decidirá el próximo miércoles si abre un expediente sancionador contra Francia por incumplimiento de la normativa comunitaria en la controvertida política de expulsión de gitanos rumanos y búlgaros que están aplicando las autoridades galas.

La vicepresidenta de la CE y responsable de Justicia y Derechos Fundamentales, la luxemburguesa Viviane Reding, anunció el pasado 14 de septiembre que no tendrá otra opción que iniciar un procedimiento de infracción contra Francia basándose en una aplicación discriminatoria de la directiva de libre circulación de personas y en la no trasposición de las garantías procedimentales contempladas en esta misma directiva.

La comisaria se mostró especialmente molesta al haberse sentido engañada por el ministro francés de Inmigración, Eric Besson, y el responsable galo de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, quienes en una reunión celebrada en Bruselas a finales de agosto le aseguraron que estaban respetando la normativa comunitaria y no estaban discriminando a los gitanos.

Poco después salió a la luz la polémica circular fechada el 5 de agosto que el Ministerio del Interior francés remitió a las fuerzas de seguridad con la orden de desmantelar todos los campamentos ilegales, especialmente los de gitanos. Reding no dudó en calificar la actitud de los franceses de escandalosa, ofensiva y vergonzosa.

«Personalmente, estoy horrorizada por una situación que daba la impresión de que la gente estaba siendo expulsada de un Estado miembro de la UE sólo porque pertenecen a una determinada minoría étnica. Es una situación que pensaba que Europa no tendría que volver a ver tras la II Guerra Mundial», dijo entonces la vicepresidenta responsable de Justicia.

Ese paralelismo entre la actual política francesa y las deportaciones de judíos desató una tormenta en París, con su presidente a la cabeza. Nicolas Sarkozy sugirió a Reding acoger en su Luxemburgo natal a los gitanos expulsados de Francia y amenazó con no acudir a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Bruselas el pasado 16 de octubre si antes Reding no pedía disculpas.

La cuestión de los gitanos monopolizó el Consejo, que vivió un duro enfrentamiento entre Sarkozy y el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso. El presidente francés logró el apoyo de sus colegas frente a lo que consideró «excesos» verbales de Reding, pero nadie cuestionó el papel de la Comisión, en tanto que guardiana de los Tratados, para investigar si Francia violó o no la normativa comunitaria.

El pasado 21 de septiembre, en Estrasburgo, Reding reaccionó diciendo que, lejos de verse desautorizada por la dureza con la que Sarkozy le echó en cara sus declaraciones, se sentía reforzada políticamente, y garantizó que seguiría hablando alto y claro cuando considerara que los valores en los que se funda la UE se ven dañados.

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