El Gobierno de Grecia, en medio de la mayor crisis económica en 50 años, espera lograr el respaldo de la población en la segunda vuelta de las elecciones regionales y locales que se celebra este domingo.
En la primera vuelta, el domingo pasado, el partido gobernante, el socialista PASOK, del primer ministro Yorgos Papandréu, logró una ventaja de 3 puntos sobre su principal opositor, la conservadora Nueva Democracia.
Ese resultado supuso un alivio porque alejó la posibilidad de una anticipación de las legislativas, algo con lo que había amenazado Papandréu en el caso de que su formación no obtuviese un apoyo suficiente, y que habría exacerbado la difícil situación del país.
Casi 10 millones de votantes están convocados en la segunda ronda para elegir a los gobernantes de 11 de las 13 regiones administrativas y a 211 alcaldes, de un total de 352, que no consiguieron la mayoría absoluta en la primera vuelta.
De las 13 regiones, el partido gubernamental socialista Pasok ganó dos (Creta y Sur del Egeo) y lleva la delantera en otras seis, mientras que la oposición mayoritaria aspira a ganar las cinco restantes.
Están en juego las regiones de más peso, que son la capitalina de Atica, Macedonia Central y los ayuntamientos de Atenas, Salónica y El Pireo, con las fuerzas repartidas entre los dos partidos.
Durante esta semana de campaña electoral, los partidos han intentado convencer a los ciudadanos para que acudan a las urnas, después de que el pasado domingo se registrara una abstención del 39%, la mayor de los últimos 35 años.
Los observadores políticos han atribuido la fuerte abstención al descontento de muchos votantes por la severa austeridad impuesta por el Gobierno para sacar al país del descalabro presupuestario.
La oposición tampoco se benefició de ese descontento porque a los anteriores gobernantes de Nueva Democracia se les achaca la mayor responsabilidad en la pésima gestión económica del país.
El duro plan de ahorro del Pasok ha llevado ya a un descenso de los ingresos de los funcionarios públicos de hasta el 25 por ciento, así como a otros fuertes recortes en pensiones y al aumento de impuestos, lo que ha paralizado la economía.
En los primeros meses del año, la economía helena se contrajo un 3,7%, mientras que el paro alcanzó en agosto, el mes que cada año registra el mayor índice de empleo debido a la temporada estival de turismo, un récord del 12,2%, con más de 600.000 parados.
La votación de mañana está también bajo la sombra de la revisión del déficit fiscal griego de 2009, que será anunciada oficialmente el lunes por la Comisión Europea (CE).
Se prevé una subida hasta el 15,5% del Producto Interior Bruto (PIB), desde el 13,6%, lo que también afectará los cálculos para 2010, del 7,8% inicial hasta un 9,2%.
Papandréu convocó ayer a una reunión extraordinaria a parte de su gabinete en Atenas para estudiar las medidas de ahorro adicionales que negociará con el equipo de expertos de la zona del euro y del Fondo Monetario Internacional (FMI) con objeto de alcanzar los objetivos del plan trianual a cambio de la ayuda de 110.000 millones de euros que se le otorgó en mayo.
