Irlanda se resiste a aceptar la ayuda exterior para mantener su soberanía

Irlanda se resiste a aceptar la ayuda exterior para mantener su soberanía
El presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. EFE/Archivo

El Gobierno irlandés trata de resistir hoy las presiones para que solicite un rescate económico de la Unión Europea (UE), aunque podría verse finalmente obligado a aceptar una inyección de capital para sanear su sistema bancario.

En el centro de la negativa de Irlanda a recibir ayuda se sitúa su empeño por mantener la soberanía sobre su política económica y el enorme daño que causaría una hipotética intervención exterior en la imagen de un Gobierno en horas bajas.

En un país tradicionalmente reticente a aceptar tratados europeos en las urnas, se ve con recelo la posibilidad de que Bruselas o el Fondo Monetario Internacional (FMI) tengan ahora la autoridad que no tuvieron durante los años de abundancia del «Tigre Celta» para establecer directrices económicas.

Durante años, los socios comunitarios se han quejado de que Irlanda ha pecado de «competencia desleal» al aplicar, por ejemplo, un impuesto de sociedades del 12% para atraer a la isla inversiones de multinacionales.

Según las encuestas, el partido gobernante, el Fianna Fail del primer ministro, Brian Cowen, perderá el poder en las próximas elecciones, previstas para 2012, pero la formación más poderosa de la isla tampoco quiere pasar a la historia como la que dejó el destino del país en manos extranjeras.

Por esos motivos y a pesar de los mensajes que llegan de Bruselas, Cowen aseguró hoy que su Gobierno quiere hallar una solución «creíble» y eficiente» a sus problemas de déficit y de deuda, pero insistió en que no ha solicitado ayuda económica a la UE.

En una declaración ante el Parlamento de Dublín (Dáil), Cowen calificó de «mal documentadas e inexactas» las informaciones que indican estos días que Irlanda ha solicitado ayuda financiera exterior.

«Dadas las actuales condiciones del mercado, ha habido contactos a nivel oficial con nuestros socios internacionales», señaló el «Taoiseach» (primer ministro), quien reconoció que su Gobierno debe generar ahora «confianza» entre los inversores.

Su comparecencia coincide con las reuniones que están manteniendo durante toda la jornada representantes de la UE, el FMI y el BCE para tratar de encontrar una solución a la crisis irlandesa.

«Revierte en el interés de todos -explicó el primer ministro- que encontremos una solución creíble, eficiente y que, sobre todo, ofrezca confianza en los mercados».

Los mercados de la deuda continúan ejerciendo presión sobre la economía de este país al mantener el bono irlandés a 10 años, el principal referente sobre el riesgo de una suspensión de pagos, por encima del 8%.

Cowen reiteró también que Irlanda tiene cubiertas sus necesidades económicas hasta mediados del próximo año y que su plan cuatrienal de ajustes, que será presentado la próxima semana, generará un ahorro de 15.000 millones de euros y reducirá el déficit hasta el 3% de Producto Interior Bruto (PBI) en 2014.

La primera fase de ese plan comenzará a rodar el próximo 7 de diciembre con la presentación de los presupuestos generales para 2011, en los que se incluyen recortes por valor de 6.000 millones de euros.

Aunque Irlanda quiere evitar que la ayuda financiera que le han ofrecido sus socios de la zona euro sea empleada para sanear sus arcas públicas, sí podría aceptar un paquete destinado a rescatar su sector bancario, cuya factura final, estimada en 50.000 millones de euros, ha disparado el déficit público hasta el 32% del PIB.

El Ejecutivo de Dublín podría evitar así que se pacte un duro paquete de reformas y condiciones con sus acreedores, que es el requisito asociado al empleo del mecanismo de asistencia financiera aprobado por la UE la pasada primavera, tras la crisis de Grecia.

En opinión de los expertos, Irlanda está maniobrando para lograr que el posible rescate afecte sólo a su deteriorado sector bancario y no al presupuesto, para evitar un duro plan de reformas y condiciones con sus acreedores.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, coincidió hoy en que Dublín tiene las necesidades de financiación cubiertas hasta mediados del ejercicio próximo, por lo que las soluciones al problema de la economía irlandesa deberían centrarse en el sector bancario.

«La deuda soberana está cubierta hasta mediados del año que viene, mientras que el verdadero problema está en el sector bancario. Sin embargo, ambos asuntos están interconectados, no puedes separarlos por completo. Por eso, discutimos la situación global de la económica de Irlanda, con gran acento sobre el sector bancario y el sistema financiero», explicó Rehn.

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