El Parlamento Europeo apoya prolongar hasta 2018 las ayudas a las minas de carbón deficitarias

El Parlamento Europeo exigió este martes extender las ayudas a las minas de carbón no competitivas hasta el 31 de diciembre de 2018, cuatro años más de los propuestos por la Comisión Europea, que fijó la fecha límite en el 1 de octubre de 2014.

La enmienda sobre la extensión de las ayudas hasta diciembre de 2018 ha sido aprobada por 453 votos a favor, 184 en contra y 16 abstenciones, según informó el Europarlamento, con sede en Estrasburgo (Francia).

Los diputados coincidieron con la Comisión en que las ayudas deben seguir una tendencia descendente en los próximos años, pero no mencionan un porcentaje específico.

En concreto, el Parlamento Europeo subrayó que «el volumen global de las ayudas concedidas por un Estado miembro a una determinada empresa deberá seguir una tendencia descendente», pero, a diferencia de la Comisión, que propuso una reducción del 33% sobre un periodo de 15 meses, no mencionó ningún porcentaje específico.

En el informe aprobado por el Pleno, de carácter consultivo, los diputados destacaron que el cierre de las minas deficitarias obligará a corto plazo a algunos Estados miembros «a hacer frente a graves consecuencias sociales y regionales».

Para los diputados, la fecha de 2014 (propuesta por la Comisión) para el plan de cierre de las minas no está justificada por la evaluación de impacto realizada por el propio ejecutivo de la UE. Por ello, la fecha de 2018 «garantiza una solución aceptable, teniendo en cuenta dicha evaluación de impacto».

El Parlamento también subrayó que «debe preverse el reciclaje de los trabajadores afectados por los planes de cierre de minas y examinarse todas las posibilidades de financiación regional, nacional y a nivel de la Unión para este fin».

CIERRE DE LAS MINAS

Según el informe aprobado este martes, las minas afectadas deberían cerrarse definitivamente de acuerdo con el plan de cierre, salvo que para entonces se hayan convertido en competitivas y que las necesidades energéticas de la Unión exijan su continuidad.

De acuerdo con la propuesta de la Comisión, «las ayudas cubrirían los costes relacionados con el carbón destinado a la producción de electricidad, a la producción combinada de calor y electricidad, a la producción de coque, y a la alimentación de los altos hornos del sector siderúrgico».

Los diputados proponen que las ayudas se apliquen también «a la investigación y a las inversiones en tecnología tendentes a reducir las emisiones contaminantes del carbón».

El nuevo reglamento «relativo a la ayuda estatal para facilitar el cierre de minas de carbón no competitivas» reemplazará al «reglamento sobre el carbón» vigente, que expirará el próximo 31 de diciembre. En caso de que no se llegue a un acuerdo sobre el nuevo reglamento, las ayudas tendrían que suspenderse a finales de este año.

Según la Comisión Europea, en la UE la producción de hulla es pequeña en relación con la demanda y no deja de descender. La UE importa más de la mitad del combustible que utiliza en sus centrales eléctricas de carbón.

La ayuda total concedida al sector hullero en la UE ha descendido de los 6.400 millones de euros de 2003 a los 2.900 millones de 2008. Las ayudas a la producción han descendido en un 62% hasta los 1.288 millones del total en el mismo periodo.

El sector da trabajo a unas 100.000 personas en Europa: 42.000 en las minas y más de 55.000 en industrias afines. Las minas que dependen de las subvenciones de funcionamiento están situadas principalmente en la región alemana del Ruhr, en el noroeste de España y en el valle del Jiu en Rumanía. En España, en torno a un 25% de la electricidad se produce a partir de la combustión de carbón.

En el debate previo al voto, el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, aseguró que la Comisión tendrá en cuenta la posición del Comité de Representantes Permanentes y el Parlamento Europeo a favor de la prolongación del periodo de cierre de las minas no competitivas hasta 2018, pero lamentó que el anterior reglamento no haya conseguido orientar las minas hacia la rentabilidad y a su vez éstas no hayan sido cerradas.

«La Comisión no comparte los argumentos en favor de ayudas ilimitadas al carbón no competitivo», señaló, y reiteró que «el cierre debe ser gradual» y que no debe producirse al final del plazo. «Las ayudas distorsionan la competencia y sólo pueden ser autorizadas si propician efectos positivos», añadió.

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