El presidente de EE.UU., Barack Obama, y su colega francés, Nicolás Sarkozy, aseguraron hoy que ambos países colaborarán «codo con codo» en el seno del G20 para lograr progresos en la estabilización de la economía mundial.
Ambos se reunieron hoy por espacio de una hora para abordar la presidencia francesa del G20 -las economías más importantes del mundo- y el G8 -los países más industrializados- en el Despacho Oval, antes de compartir un almuerzo de trabajo en el que tenían previsto tratar distintas áreas conflictivas en el mundo.
«Hablamos sobre el futuro del G20 y le he dicho al presidente Obama en términos muy claros, que deseamos colaborar codo con codo, Francia y EE.UU.», declaró Sarkozy.
«Sé lo importante que es el dólar como la moneda mundial número uno, y con Barack Obama estamos decididos a proponer nuevas ideas para mover las cosas, tanto dentro del marco del G8 como del G20», agregó el presidente francés.
Indicó que los equipos de ambos países colaborarán para presentar propuestas conjuntas en el «área de las divisas, de los precios de las materias primas y de cuanto hay que hacer para reducir los desequilibrios actuales».
«Estoy convencido de que en 2011 podremos llegar a las soluciones estructurales que nos permitan solventar o al menos hacer frente a los desequilibrios y problemas mundiales», aseguró el mandatario galo.
Sarkozy llegaba a Washington con el objetivo de plantear a Obama sus ideas sobre el replanteamiento del sistema monetario internacional.
El presidente francés se ha fijado como una de sus prioridades durante la presidencia del G8 y del G20 el controlar la volatilidad en los precios de las materias primas y replantear el sistema monetario para reducir el liderazgo del dólar como moneda de reserva.
El Gobierno de Sarkozy considera que el papel dominante del dólar en la economía mundial contribuyó a la crisis financiera, al agravar los desequilibrios globales.
Por su parte, el presidente estadounidense indicó que durante su conversación con Obama se abordó cómo se pueden coordinar sus «agendas para garantizar» que son «todo lo productivos posible para lograr el tipo de reformas y de seguimiento que den como resultado la prosperidad de los pueblos del mundo».
«Sigue habiendo demasiados desequilibrios que inhiben las perspectivas de crecimiento», sostuvo Obama.
Los dos mandatarios abordaron también el asunto del terrorismo, a la luz del asesinato de dos rehenes franceses en Níger y el tiroteo del pasado sábado en Tucson (Arizona), en el que seis personas resultaron muertas y otras catorce heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords, en estado grave.
Sarkozy aseguró: «ambos consideramos que la debilidad sería algo profundamente culpable y que no tenemos más opción que combatir a los terroristas allí donde se encuentren»
Las democracias «no pueden ceder, las democracias se tienen que defender cuando sus valores fundamentales se encuentran en juego», señaló el presidente francés.
Previamente, Obama había expresado sus condolencias a Sarkozy por la muerte de dos rehenes franceses en Níger, acerca de lo que señaló que «ponen en evidencia que el desafío del terrorismo es algo que nos concierne a todos».
Tras sus declaraciones a la prensa, los dos presidentes mantuvieron un almuerzo de trabajo, en el que tenían previsto abordar, según Obama, asuntos como el programa nuclear iraní y el efecto de las sanciones internacionales contra el régimen de ese país.
También abordaron la situación en Afganistán y la puesta en marcha de la estrategia que prevé el comienzo de la retirada de las tropas internacionales a partir del próximo junio.
Los acontecimientos en Oriente Medio y Líbano formaron también parte de la conversación, así como el referéndum de autodeterminación en el sur de Sudán y la situación en Costa de Marfil.
Al tiempo que los dos presidentes compartían un almuerzo, sus respectivas esposas, Michelle Obama y Carla Bruni, comieron también juntas, en un encuentro a estricta puerta cerrada.
