El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha asegurado este jueves que la Alianza «no tiene planes de intervenir» en Libia, pese a que es un escenario que la Unión Europea no descarta si persiste la brutal represión del líder libio, Muamar Gadafi, contra su pueblo y se deteriora la situación militar.
«Quisiera subrayar que la OTAN como tal no tiene planes de intervenir. No hemos recibido ninguna petición en este sentido y cualquier acción debe estar basada en un mandato de Naciones Unidas», ha declarado Rasmussen en un comunicado.
El jefe de la OTAN ha dejado claro que la situación en Libia «no puede considerarse una amenaza directa contra la OTAN o los aliados de la OTAN», aunque tenga repercusiones «negativas».
«Estas revueltas pueden tener un impacto negativo en migración, refugiados, etc… y también para los países vecinos», ha admitido Rasmussen para después recalcar que la OTAN no se plantea la intervención.
Esta mañana, fuentes diplomáticas europeas admitieron que la UE trabaja en su respuesta a la situación en Libia y para ello estudia «todos los escenarios, incluso el peor de ellos» y por tanto no descartan la intervención militar para asegurar el acceso de la ayuda humanitaria y facilitar la repatriación de los europeos y ciudadanos de terceros países.
«Es una de las posibilidades en las que trabajamos», han dicho las fuentes al ser preguntados por la posibilidad de una acción militar. En cualquier caso han matizado que Libia no afronta por el momento una crisis humanitaria y que cualquier intervención militar requiere la autorización de la comunidad internacional.
Las cifras de europeos atrapados aún en Libia son contradictorias, aunque la Comisión Europea ha hablado hoy de entre 5.000 y 6.000 europeos en el país, un millar de ellos en Benghasi. En los últimos días se habló de unos 10.000 europeos y las fuentes diplomáticas advierten de que es difícil concretar cifras dado los problemas de comunicación y de que no todos los europeos se han registrado en sus consulados.
