La Unión Europea discute hoy en una cumbre extraordinaria qué hacer en el complicado rompecabezas que supone la guerra civil en que se ha convertido la rebelión de Libia y mientras Francia ha asumido posiciones más avanzadas que el resto de la UE a favor de los rebeldes.
Esta cumbre se produce apenas unas pocas horas después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, pidieran anoche al líder libio «Muamar al Gadafi y a su camarilla» que abandonen el país, al tiempo que mostraron su apoyo a la oposición para que constituya un Gobierno «representativo y responsable».
En una carta enviada al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, los dos líderes consideran que el apoyo al Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT) debe ser «una señal política fuerte», al calificarle de «interlocutor político válido» y «voz importante para el pueblo libio en esta fase».
La carta conjunta de los dirigentes francés y británico, también enviada al resto de los países de la UE, se divulgó poco después de que Sarkozy recibiera en el Palacio del Elíseo a dos representantes del CNLT y les reconociera como sus interlocutores válidos en Libia.
De esta forma, Francia rompió la unidad de las filas europeas y después atrajo a Londres a sus posiciones, pero la reunión de ministros de Exteriores comunitarios de ayer insistió en la coordinación de la UE y constató las reticencias de muchos países a reconocer por ahora al CNLT como interlocutor legítimo en nombre del pueblo libio.
La mayoría de los ministros de Exteriores, incluido el británico William Hague, habían recalcado que los países europeos «reconocemos a Estados, no a Gobiernos».
La idea francesa de lanzar ataques aéreos quirúrgicos contra la aviación de Muamar al Gadafi será una de las opciones que traten hoy los líderes, si bien hasta ahora la UE ha mantenido una enorme cautela a la hora de hablar del uso de la fuerza.
«Si se discuten opciones militares, lo serán a nivel de jefes de Estado o Gobierno, que es el nivel idóneo en el que deben tratarse», señaló el jueves un destacado funcionario europeo.
Hasta ahora, la UE -igual que la OTAN- han insistido en que cualquier acción en Libia debe ceñirse a las decisiones de Naciones Unidas y también en cooperar estrechamente con la Liga Árabe y la Unión Africana a fin de obtener el mayor apoyo e impacto posible.
Esta cumbre comunitaria aprobará una declaración cuyo borrador establece claramente que «Gadafi deben dejar el poder inmediatamente» y dice que Libia debe emprender «rápidamente» una transición ordenada hacia la democracia a través de un diálogo amplio.
Hoy mismo entra en vigor la extensión de las sanciones económicas de la UE a Libia, que incluye la congelación de bienes en suelo comunitario de cinco entidades del país norteafricano, entre ellas la Autoridad Libia de Inversión (LIA, en inglés).
Aunque Libia será la gran protagonista, la reunión de líderes comunitarios (que comienza a las 10.30 GMT) tratará la respuesta al conjunto de protestas y revueltas que desde diciembre se han extendido por varios países árabes y han causado la caída de dos regímenes autocráticos en Egipto y Túnez y graves aprietos a algunos otros.
Los jefes de Estado y Gobierno tienen previsto respaldar un conjunto de ideas que presentó el pasado martes la Comisión Europea, que se resumen en ofrecer incentivos políticos y económicos a los países árabes que avancen en el proceso de reformas y penalizar a los que no lo hagan.
«La UE apoyara todos los pasos hacia la transformación democrática, la reforma económica y social, el crecimiento económico y la prosperidad», añade el borrador de la declaración comunitaria.
