Los líderes europeos no lograrán este jueves completar el prometido plan contra la crisis de deuda

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete incumplirán su compromiso de aprobar durante la cumbre que celebran este jueves y viernes un plan global para combatir la crisis de deuda de la eurozona. Algunas de las decisiones claves del plan, como el refuerzo del fondo de rescate actual y la rebaja del tipo de interés que paga Irlanda por la asistencia de la UE, se retrasan de nuevo, lo que amenaza con aumentar el nerviosismo en los mercados.

La crisis política que podría abocar a Portugal a pedir un rescate de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) dominará el tradicional Consejo Europeo de primavera. En Bruselas se considera a Portugal como la última muralla que protege a España y se teme que su caída provoque un nuevo contagio a la deuda española, que en los últimos días se había alejado de la zona de riesgo pese a la rebaja de nota por parte de la agencia de calificación Moody’s.

A estos problemas se suma la incapacidad de los Veintisiete para pactar un plan global anticrisis pese a haber repetido durante meses que el paquete estaría listo durante esta cumbre.

Por lo que se refiere a la medida más urgente, la ampliación del fondo de rescate actual, los líderes de la eurozona acordaron el 11 de marzo aumentar la capacidad de préstamo de su tramo intergubernamental hasta 440.000 millones de euros. En la actualidad sólo puede llegar hasta 250.000 millones porque necesita mantener el resto en reserva para conservar la máxima calificación crediticia.

Pero los ministros de Economía no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo llegar hasta 440.000 millones de euros. La opción preferida, también por España, es aumentar las garantías que aporta cada país. Pero el veto de Finlandia, que se encuentra en periodo preelectoral, impedirá que se adopte una decisión durante el Consejo Europeo.

Los ministros de Economía de la eurozona proseguirán las negociaciones las próximas semanas con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes de junio. Ello significa que los cambios no servirán ya para ayudar a Portugal si, como parece, necesita asistencia en las próximas semanas.

«Deberán ultimarse la preparación del tratado relativo al Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo permanente) y las modificaciones del acuerdo relativo al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (el fondo actual) para garantizar una capacidad efectiva de préstamo de 440 mil millones de euros, con el fin de que los respectivos procedimientos nacionales puedan concluir a tiempo para la firma simultánea de ambos acuerdos antes de que termine junio de 2011», según señala el proyecto de conclusiones de la cumbre.

Tampoco se prevé un acuerdo para rebajar el interés del 5,8% que paga Irlanda por su rescate. «Será más tarde», explicaron fuentes diplomáticas. Alemania y Francia exigen cambio al nuevo primer ministro, Kenny Enda, que suba el impuesto de sociedades del 12,5%, uno de los más bajos de la UE. Enda mantiene su negativa y podría ofrecer medidas de ajuste alternativas, pero esperará a que se conozcan los resultados de los test de estrés a los bancos irlandeses, que se adelantan a finales de marzo, para ver si necesita pedir más ayuda.

Además, Berlín amenaza con reabrir uno de los acuerdos que sí se habían cerrado, el que atañe al fondo de rescate permanente que estará operativo desde junio de 2013. En concreto, Alemania quiere ampliar el plazo que tendrán los países para aportar capital al fondo de rescate, ya que le corresponde contribuir con 21.700 millones de euros en metálico, según fuentes europeas.

A diferencia del mecanismo actual, que consiste únicamente en garantías, el fondo permanente tendrá una base de capital de 80.000 millones de euros y otros 620.000 millones en garantías y capital movilizable. El objetivo es que pueda prestar hasta 500.000 millones manteniendo la máxima calificación crediticia.

Los países de la eurozona se comprometieron a desembolsar la mitad de este capital en 2013 y la otra mitad en los tres años siguientes. Alemania reclama ahora extender estos plazos.

España tiene que aportar 9.523 millones en capital desembolsado y 73.804 millones en garantías y capital movilizable. Los Veintisiete aprobarán durante la cumbre la modificación del Tratado que permite crear el fondo permanente y deberán completar la ratificación parlamentaria antes del 1 de enero de 2013.

La principal novedad de este fondo es que prevé la participación de los bancos privados en futuros rescates de países, aunque ello se hará siempre como último recurso, caso por caso y siguiendo los criterios del FMI.

CRITICAS DEL BCE.

Incluso las partes del plan global contra la crisis de deuda que sí cuentan ya con respaldo unánime y serán ratificadas durante el Consejo Europeo han recibido ya críticas del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet. Es el caso de la flexibilización de los fondos de rescate o del nuevo sistema de sanciones contra los países con déficit excesivo.

Por lo que se refiere a la flexibilización, los líderes europeos acordarán que el fondo de rescate pueda comprar deuda emitida por los países con problemas en el mercado primario. Los Estados beneficiarios deberán someterse a un estricto plan de ajuste como el impuesto a Grecia e Irlanda, lo que a priori excluye que pueda usarse de manera preventiva.

Trichet dijo este lunes en la Eurocámara que a su juicio los fondos deberían poder comprar bonos también en el mercado secundario, asumiendo así el relevo del BCE, opción que ha sido descartada por los Veintisiete.

«El mecanismo debería ser capaz de emplear un amplio abanico de instrumentos para ser eficaz a la hora de detener el contagio en situaciones de inestabilidad aguda del mercado. Si es indispensable, ayudar a los países manteniendo al mismo tiempo un cierto acceso al mercado puede ser una manera adecuada, e implicaría un uso prudente de los fondos. En este contexto, continúo considerando las intervenciones en el mercado secundario como una herramienta útil», ha insistido Trichet.

Por lo que se refiere a las sanciones, los ministros de Economía alcanzaron la semana pasada un acuerdo político sobre un nuevo sistema de multas de hasta el 0,2% del producto interior bruto (que en el caso de España supondrían 2.000 millones de euros) para los países de la eurozona con déficit o desequilibrios excesivos, como burbujas inmobiliarias. La recaudación se utilizará para alimentar el fondo de rescate.

Pero las multas no serán casi automáticas como defendía Bruselas, sino que se deja más tiempo a los países incumplidores para corregir sus problemas y se da más peso a las decisiones políticas de los ministros de Economía, que en el pasado han aprobado incumplir el Pacto de Estabilidad. «Continuamos pensando que esta mejora de la gobernanza es insuficiente para extraer las lecciones de la crisis», ha avisado Trichet.

Los líderes europeos ratificarán el Pacto por el Euro, exigido por la canciller Angela Merkel a cambio de reforzar el fondo de rescate. Los jefes de Gobierno de los países de la eurozona deberán anunciar ya qué medidas del catálogo, como el retraso de la edad de jubilación o el ajuste de los salarios a la inflación, se comprometen a aplicar durante los próximos doce meses. Los de fuera de la eurozona dirán si se suman o no. De momento, Polonia, Dinamarca y Lituania han aceptado unirse al Pacto.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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