La profundidad del Volga supera los 20 metros en la zona del naufragio, que se produjo a unos tres kilómetros de la orilla
Los buzos que participan en las labores de socorro del Bulgaria, un barco de dos pisos que realizaba un crucero por el río Volga, han hallado unos 110 cadáveres, 30 de ellos pertenecientes a niños, en el interior del barco, que se hundió este 10 de julio de 2011 con casi 200 personas a bordo.
Las autoridades rusas ya habían admitido que era muy difícil encontrar supervivientes entre el más de un centenar de desaparecidos, después de que la víspera se lograra rescatar con vida a 79 personas.
Por el momento, la cifra oficial de fallecidos en el naufragio es de ocho personas.
«Se ha encontrado a mucha gente en la zona del bar y el restaurante del barco. Por lo visto, (en el momento del naufragio) allí había algún tipo de actividad», había informado minutos antes a Interfax un portavoz del centro regional del Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia, según Efe.
El funcionario había añadido que el número de muertos en el accidente podría «aproximarse al de las personas que se encuentran desaparecidas», que cifró en 104.
Entre los pasajeros, se calcula que había 60 niños, según los medios de comunicación rusos. Algunos supervivientes han contado que una treintena de ellos jugaban en un cuarto cerca de popa momentos antes de la tragedia.
«Son muy pocas las posibilidades de encontrar supervivientes», había admitido el portavoz de Emergencias, pues la profundidad del Volga supera los 20 metros en la zona del naufragio, que se produjo a unos tres kilómetros de la orilla.
Pese a ello, equipos de rescate rastrean ambas márgenes del río y los islotes que hay en la zona donde se fue a pique el Bulgaria por si hubiera alguien con vida.
No está claro el número de personas que viajaban a bordo del barco. El Ministerio de Emergencias informó inicialmente de que eran 185, aunque posteriormente las autoridades de Tatarstán, región donde se produjo la tragedia, informaron de que podría haber 199, incluidos 18 pasajeros sin registrar.
De ellos, 50 pasajeros, 23 tripulantes y otras seis personas que no figuraban en la lista de viajeros fueron rescatados con vida. Hacia las seis de la mañana, se han recuperado los cadáveres de cinco mujeres, dos hombres y un niño.
La mayoría de los supervivientes fueron recogidos por el buque Arabella, que navegaba por la zona, después de aguantar casi una hora en el agua.
El Bulgaria, un barco de doble cubierta fabricado en Checoslovaquia en 1955, naufragó en la mañana del 10 de julio de 2011 cerca de la localidad rusa de Siukeyevo, en el distrito de Kansko-Ustinovsky, cuando cubría una ruta entre la localidad tártara de Bolgar y la ciudad de Kazán.
La nave estaba repleta de pasajeros que disfrutaban de un crucero por el río Volga, una actividad muy popular en la zona.
Aunque aun no se establecido la causa oficial del naufragio, algunos de los pasajeros rescatados relataron que el barco se hundió rápidamente durante una tormenta eléctrica.
«Se inclinó sobre su lado derecho, dió la vuelta en tres minutos y se fue al fondo», contó un testigo.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha ordenado que se determine por qué se produjo la tragedia y los responsables de la misma. La fiscalía ha abierto una investigación criminal por una posible violación de las normas de uso de las embarcaciones, lo que, según Reuters, puede incluir casi cualquier cosa, incluidos fallos en el mantenimiento.
Los medios de comunicación rusos se han centrado en la antigüedad del barco. Según Svetlana Imiákina, la directora de Agrorechtur, la compañía a la que pertenece el Bulgaria, «el barco había sido reparado y estaba en buenas condiciones para navegar».
Sin embargo, la portavoz de la Unión de Industria Turística de Rusia, Irina Tiurina, ha declarado que la nave «es uno de los pocos barcos que hacen cruceros por el Volga que no había sido renovado».
El término «renovación», ha explicado, incluye una reparación general y el reequipamiento necesario para cumplir con la normas actuales de calidad de servicio.