El presunto autor del doble atentado declarará ante el juez sin la presencia de medios de comunicación

El presunto autor del doble atentado declarará ante el juez sin la presencia de medios de comunicación
. EFE/Archivo

El presunto autor del doble atentado en Noruega, Anders Behring Breivik, será presentado hoy ante el juez instructor del caso sin la presencia de medios, informa hoy el diario local «VG», contrariamente a la intención del detenido de dar repercusión mediática a su declaración.

Breivik, de 32 años y definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, ha admitido su participación en la masacre en interrogatorios policiales, donde calificó su matanza de «atroz, pero necesaria».

Según explicó su defensa, Breivik había manifestado asimismo su disposición a ofrecer hoy una amplia declaración ante el juez, para la que deseaba, además, la presencia de los medios.

En toda Noruega se guardará hoy un minuto de silencio por las 93 víctimas mortales del doble atentado, ocurrido el viernes en el complejo gubernamental de Oslo, seguido de la matanza en un campamento de las juventudes socialdemócratas en la isla de Utøya.

Según informa hoy el diario «Aftenposten», el propósito del presunto autor de la matanza era asesinar asimismo en la isla a la ex primera ministra Gro Harlem Brundland, que ese día había visitado el lugar.

Brundland, de 72 años, es una de las figuras más destacadas internacionalmente de la política noruega, ya que además de varias legislaturas al frente del gobierno fue secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El presunto autor de la masacre usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas.

En una entrevista en la edición digital de «VG», el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utøya, aseguró que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o «dum-dum», que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto.

«Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles», explicó Poole.

«Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así», señaló Poole, a pesar de sus 26 años de experiencia.

El pasado viernes, Behring Breivik mató al menos a 93 personas, según el último recuento oficial, en dos atentados coordinados que lanzó en Oslo y, dos horas después, en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utøya, a unos 40 kilómetros de la capital noruega.

En el primer emplazamiento un potente coche bomba mató a al menos siete personas, hirió gravemente a una docena y destrozó cuatro edificios, mientras que en la isla murieron tiroteadas al menos 86 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes.

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, calificó el doble atentado como la «mayor tragedia nacional desde la Segunda Guerra Mundial» en el país escandinavo.

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