Shevardnadze asegura que no puede creer que Gorbachov no supiera nada del golpe de 1991

Shevardnadze asegura que no puede creer que Gorbachov no supiera nada del golpe de 1991
. EFE/Archivo

Eduard Shevardnadze, exjefe de la diplomacia soviética y expresidente georgiano, aseguró hoy a Efe que no puede creer que Mijaíl Gorbachov no supiera nada de los preparativos del golpe de Estado que el 19 de agosto de 1991 le apartó tres días de la jefatura de la URSS.

«No puedo creer que Gorbachov no supiera nada. Al presidente del país no se le podía ocultar información», sostiene el estadista veinte años después de los acontecimientos que precipitaron la desintegración de la Unión Soviética.

Miembro del Buró Político del Partido Comunista de la Unión Soviética, Shevardnadze protagonizó una de las renuncias más sonadas de aquella época, cuando el 20 de diciembre de 1990 abandonó su cargo tras denunciar que el país corría el peligro de caer en una dictadura.

«No podía entender cómo (Gorbachov) no veía el peligro, y si lo veía ¿por qué no tomaba las medidas pertinentes?», sostiene el veterano político, retirado en su residencia de Krtsanisi, en una colina de Tiflis, desde que en noviembre de 2003 fue obligado a dimitir como presidente de Georgia por la «revolución de los claveles».

Sin embargo, el mismo Sherdvardnadze, uno de los más firmes impulsores de la proceso de reformas que el mundo conoció como la «perestroika», encuentra justificación para la conducta de Gorbachov en los meses previos a la asonada.

«Hay que tomar en cuenta una circunstancia importante: la presión de su entorno en el Buró Político (de Partido Comunista de la URSS), que no le permitía a Gorbachov actuar con rapidez y de manera decidida», explica Shevardnadze y puntualiza: «Por ello, no puedo arrojarle piedras…».

Algunos de los adversarios de Gorbachov, tanto de la ortodoxia comunista como de los sectores reformistas, atribuyeron su pasividad de entonces a una política de «dejar hacer» para luego sumarse al lado vencedor.

Según Shevardnadze, el «factor determinante» del fracaso de los golpistas en agosto de 1991 fue «el pueblo, que no quería volver a la vida de antes».

«Hay que señalar que los golpistas encabezados por el entonces vicepresidente (Guennadi) Yanáev estaban bien organizados y, como se supo más tarde, eran inmisericordes», subraya el político.

Yanáev tenía una «relación de personas que debían ser liquidadas en primer lugar después de que se hicieran con el poder», recuerda Shevardnadze, quien añade que su nombre figuraba en el segundo lugar de esa lista.

Para Shevardnadze, la desintegración de la Unión Soviética era inevitable, ya que «como todo imperio, estaba condenada a desaparecer tarde o temprano».

«Llegué a la conclusión de que la URSS se desintegraría cuatro años antes de que ésta se produjera (…), pero me equivoqué en los plazos. Creía que la Unión se mantendría otros 11 o 12 años», dijo a Efe el político georgiano en unas declaraciones anteriores.

En su opinión, los entonces máximos dirigentes de la URSS destruyeron el Estado en lugar de hacer todo por conservar su unidad, lo que en gran medida se debió a la confrontación entre Gorbachov y el líder ruso Borís Yetsin.

Veinte años después de la intentona golpista que precipitó la caída del comunismo, el exjefe de la diplomacia soviética considera que «Rusia, con todo y pese a sus contradicciones internas, es un país democrático».

Su evaluación del gran vecino del norte no la cambió incluso la guerra ruso-georgiana de 2008, que para Shevardnadze fue responsabilidad del actual presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, el líder de la revuelta que le obligó a dimitir hace casi ocho años.

Por Misha Vignanski.

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