Los líderes europeos ultiman «decisión política» sobre plan anticrisis pero retrasarán de nuevo detalles

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la eurozona ultiman una «decisión política» sobre el plan para combatir la crisis de deuda, pero se plantean retrasar de nuevo a futuras reuniones los detalles y las cifras sobre la recapitalización bancaria, la quita a Grecia o el refuerzo del fondo de rescate.

La gran incógnita es cómo recibirán los mercados este compromiso parcial después de dos cumbres –una el domingo y otra este miércoles– y sucesivos anuncios por parte de la UE de que se lograría una solución definitiva.

«Yo sería cauto. Se está muy cerca del acuerdo político pleno, pero hay detalles importantes que quizá requieran más tiempo», ha dicho el primer ministro polaco, Donald Tusk, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE, tras la conclusión del encuentro de los líderes de los 27 previo a la cumbre del Eurogrupo.

El primer ministro polaco ha insistido, sin embargo, en que «es importante que la eurozona demuestre que se ha alcanzado un acuerdo político y que sólo quedan pendientes problemas importantes pero técnicos».

«No estoy seguro de que todo esté preparado y es mejor que se haga concienzudamente, de forma que cree confianza, que se haga rápido», ha dicho por su parte el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt.

Por su parte, el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha admitido que «no podremos formular hasta los últimos detalles pero sí las líneas maestras». Y la canciller alemana, Angela Merkel, ha señalado que «el trabajo aún no está hecho» y ha confiado en que «todos vienen aquí con la idea de avanzar un paso más».

En contraste, el primer ministro belga, Yves Leterme, ha resaltado que es «primordial» que la cumbre de líderes europeos que debe acordar un plan para combatir la crisis de deuda concluya con «éxito» antes de la apertura de los mercados este jueves.

«Antes de la apertura de los mercados mañana, es primordial que esto tenga éxito», ha afirmado Leterme a la entrada de la reunión. «Es un trabajo que progresa paso a paso, pero el paso que debemos dar esta noche es muy importante hacia la restauración completa de la confianza en la eurozona», ha resaltado.

Los diplomáticos especulan sobre la convocatoria de nuevas reuniones de ministros de Economía durante los próximos días para cerrar todos los detalles que queden pendientes tras la cumbre del Eurogrupo e incluso se habla de más cumbres antes de la reunión del G-20 en Cannes el 3 y 4 de noviembre, el plazo máximo que se ha marcado la UE para encontrar una solución final.

De hecho, en la reunión de los líderes de los 27 previa al Eurogrupo ni siquiera se ha anunciado oficialmente la cifra de capital que necesitará la banca europea para resistir a la crisis de deuda, aunque en el Ecofin del pasado sábado ya se filtró que alcanzaría alrededor de 100.000 millones de euros. Además, persisten las presiones de países como España o Alemania para que se flexibilice la definición de capital de alta calidad de manera que las entidades lleguen más fácilmente al umbral del 9% acordado.

El ministro de Finanzas polaco, Jacek Rostowski, ha dicho que la cifra de capital dependerá del porcentaje de pérdidas que se obliga a asumir a la banca en los bonos griegos que tienen en su balance. Los líderes europeos siguen negociando con los bancos el porcentaje de la quita, aunque se da por hecho que se situará en el 50%. La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho en el Bundestag que el objetivo es que la deuda griega baje al 120% del PIB en 2020, lo que se lograría con este descuento.

Tampoco está previsto que se ponga cifra al refuerzo del fondo de rescate de 440.000 millones de euros, cuyo objetivo es frenar cualquier contagio a Italia o España. No obstante, ya está claro que el apalancamiento se hará usando el fondo para avalar una parte de las nuevas emisiones de Madrid y Roma y creando un vehículo especial para atraer inversiones de países emergentes. Ambas opciones se utilizarán simultáneamente, excluyen la participación del Banco Central Europeo y no implican un aumento de las garantías que aportan los Estados miembros.

Finalmente, las conclusiones de la cumbre no sugerirán al BCE que siga comprando bonos de Italia y España incluso después de que empiece a funcionar el fondo reforzado, porque Alemania se oponía. No obstante, el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, que asumirá la presidencia el 1 de noviembre, ya ha dejado claro este miércoles que seguirá aplicando «medidas no convencionales», en referencia indirecta a la compra de deuda.

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