Las ayudas, en caso de llegar, deberían ir acompañadas de estrictas condiciones para erradicar delitos como el del blanqueo y meter en cintura a la banca
De los alrededor de 80.000 millones de depósitos en Chipre, más de la mitad corresponde a saldos superiores a 100.000 euros en manos de extranjeros, principalmente rusos y británicos.
Los datos ponen de manifiesto que la isla tiene un gran atractivo para el capital foráneo por varios motivos: su opacidad fiscal, la baja imposición (sólo del 10 por ciento en el impuesto de sociedades) y las elevadas remuneraciones, que alcanzan el 10 por ciento anual.
Y las pregunyas que sugen a botepronto son sencillas:
- ¿Por qué vamos a tener que pagar todos los europeos por la permisividad y las malas prácticas chipriotas?
- ¿Por qué nadie en la Unión Europea supervisó sus cuentas hasta ahora?
Dicho esto, no parece tan injusto ni descabellado que que varios dirigentes europeos, encabezados por Angela Merkel, exijan que Chipre aporte 7.000 de los 17.000 millones de su rescate.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, cifró en torno a 1.000 millones lo que nos costará a los españoles.
Además de soportar los tributos que cada semana se saca de la chistera el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ¿alguien está dispuesto a rascarse más el bolsillo para enjugar el agujero de esta isla?A diferencia de otros sistemas financieros, los principales acreedores de la banca chipriota son los propios depositantes, con lo que de una u otra forma tendrían que asumir pérdidas.
Los bancos de Chipre estaban quebrados por invertir en deuda pública griega y, por tanto, no podían honrar el 100% de sus depósitos. Si uno no puede pagar el 100% de una deuda, como son hoy en día los depósitos, sólo quedan dos opciones: o que esa deuda la pague otro (una indeseable socialización de pérdidas) o reducir el importe a pagar de esa deuda (quita).
Esto es, precisamente, lo que propuso el Eurogrupo el pasado sábado para abaratar así la factura al resto de contribuyentes europeos: convertir parte de los depósitos en acciones bancarias por un valor de 5.800 millones de euros para recapitalizar su sistema financiero.
De hecho, las autoridades comunitarias, encabezadas por Alemania, pidieron a Chipre que las polémicas quitas tan sólo se aplicaran a los depósitos de más de 100.000 euros, límite a partir del cual los ahorros no gozan de la garantía del Estado.
Pero Nicosia se negó. El Parlamento chipriota tumbó el pasado martes la posibilidad de aplicar cualquier tipo de quita sobre los depósitos, y desde entonces busca alternativas para conseguir los 5.800 millones que exige el Eurogrupo, desde negociar un nuevo préstamo con Rusia hasta crear un Fondo de «Solidaridad» con activos públicos.
Así pues, su particular plan B consiste, simplemente, en socializar las pérdidas de sus bancos entre todos los contribuyentes del país (vía deuda pública), lo cual no cuenta con el visto bueno del Eurogrupo, ya que agravaría la insolvencia del propio Estado.
La cuestión es que Chipre cuenta con una alternativa mucho menos onerosa para sus contribuyentes, justo la que defendió desde un primer momento Alemania y el FMI: aplicar quitas, pero tan sólo sobre los depósitos no garantizados por el Estado, superiores a 100.000 euros.
El volumen total de depósitos en Chipre supera los 68.000 millones de euros, casi cuatro veces el PIB nacional. Pero lo más relevante, más allá de su cuantía, es su distribución.
Así, los depósitos inferiores a 100.000 euros apenas superan los 31.000 millones (46% del total), mientras que los 37.000 millones restantes no están garantizados por el Estado.
De hecho, los depósitos de más de 500.000 euros rozan los 29.000 millones, el 42% del volumen total.
El problema y no es menor, consiste en que a Vladimir Putin y los jerarcas rusos no les gusta nada esta opciñon y teneindo, como tienen, la lleve del gas que alimenta a buena parte de la Unión Europea, tampoco es cuestión de cabrearles.