Queremos aliviar las consecuencias sociales del 'shock 'económico, movilizando fondos europeos
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, ha afirmado este lunes 25 de marzo de 2013 que el modelo económico de Chipre «no era viable» y aseguró que Bruselas ayudará a Nicosia a buscar nuevas vías de crecimiento en paralelo a la aplicación del programa de rescate pactado por la eurozona.
«Teníamos que encontrar juntos una solución para un modelo de negocio que no era viable y que no podía ofrecer prosperidad duradera a la población de Chipre», ha señalado Durao Barroso en una rueda de prensa, en la que ha subrayado que el rescate ha evitado una «quiebra desordenada» en el país.
El jefe del Ejecutivo comunitario ha reconocido que la isla tiene por delante «inmensos desafíos», pero ha asegurado que «puede contar con el apoyo de la Unión Europea», para lo que ha anunciado la puesta en marcha de un grupo de trabajo que se encargará de dar asistencia técnica a las autoridades del país en la aplicación de las reformas.
Según Durao Barroso, el programa pactado por la zona euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI), «si se implementa correctamente», puede restaurar «la viabilidad de la economía chipriota».
El político portugués llamó a no pensar «sólo en estabilidad financiera, sino también en reiniciar la economía real» del país y a usar «todos los instrumentos a disposición» para ello.
«Queremos aliviar las consecuencias sociales del ‘shock ‘económico, movilizando fondos europeos y apoyando los esfuerzos de las autoridades chipriotas para restaurar la estabilidad financiera, económica y social».
El grupo de trabajo que creará la CE tratará de «facilitar la emergencia de nuevas fuentes de actividad económica» y se centrará principalmente en «empleo, competitividad y crecimiento».
Insistió en que para los socios de la eurozona «no era posible» ayudar a Chipre con su actual modelo económico, «demasiado centrado en el sistema financiero», y aseguró que eso «estaba muy claro desde el principio en las posturas de algunas capitales».
Además, reconoció que las sospechas de blanqueo de dinero en la isla han sido un «asunto de preocupación» durante las negociaciones.
El presidente de la CE defendió, en todo caso, la «solidaridad» demostrada por el resto de socios, que han accedido a un programa de rescate de 10.000 millones de euros. Esa cantidad, recordó, equivale a más de la mitad de la economía chipriota y es mayor que los rescates facilitados a otros Estados miembros.
Durao Barroso, que aseguró que Chipre ha estado «muy cerca de una bancarrota», subrayó:
«Europa afronta los desafíos unida y no deja a miembros enfrentarse solos a una crisis financiera».