En el día en el que Italia elige su Presidente de la República, el punto de mira se encuentra, como desde hace meses, en Beppe Grillo, el líder del partido Movimiento Cinco Estrellas.
Acostumbrados a sus excentricidades, el cómico reconvertido en político sigue dando la nota durante sus mítin.
El último en la ciudad de Maniago, en Pordenone, donde un adolescente se le acercó y le preguntó:
«¿Qué piensas de Berlusconi?».
A lo que el político le contestó sonriendo:
«Eres un morboso, no pienso en estas cosas. Míra más porno y pasa de Berlusconi».
POR FIN TIENE PRESIDENTE
La política italiana tiene este jueves 18 de abril de 2013 una gran cita para elegir al próximo presidente de la República.
Los 1.007 grandes electores -diputados, senadores, representantes regionales y senadores vitalicios- se sentarán juntos para tratar de sustituir a Giorgio Napolitano, cuyos siete años de mandato expiran el 15 de mayo.
La noche del miércoles, el líder del centro-izquierda, Pier Luigi Bersani, presentó el nombre de Franco Marini, de 80 años, un expolítico y exsindicalista católico, como el candidato de consenso con Silvio Berlusconi y aun con Mario Monti.
El problema es que el acuerdo con los extraños ha provocado un gran desencuentro entre los propios. Un sector del Partido Democrático (PD) en el que destaca Matteo Renzi, el joven alcalde de Florencia, ha criticado con dureza la apuesta de Bersani por Franco Marini y ha anunciado su rechazo frontal.
No solo porque Franco Marini no les parezca un candidato a la altura del desafío –«es el candidato del siglo pasado», aseveró Renzi-, sino también por el olor a chanchullo que rodea cualquier acuerdo con Berlusconi.