Matthew Gough tiene que sentirse muy afortunado de seguir vivo, ya que tras saltar de un risco, con pendiente vertical, de más de 300 metros de altura y no se le abriese el paracaídas, que se le quedase enredado, todavía lo puede contar.
El casi milagro además ha quedado grabado gracias al casco que llevaba incorporado una cámara. El suceso ocurrió en en cerro cercano al lago de Garda (Italia).
«Me siento inmensamente afortunado de sobrevivir, nunca había oído nada sobre que algo así sucediese antes y especialmente que sobreviviese a ello», dijo el propio Cough al «South West News Service».
Cough, de 25 años, llevaba tres años y más de 180 saltos a sus espaldas, según «NY DailyNews», sin nigún problema parecido a esta experiencia cara a cara con la muerte. El joven fue hospitalizado inmediatamente y le dieron el alta pocas horas después, ya que simplemente sufrió pequeñas heridas en las rodillas y tobillos.
A pesar de ello, Cough no piensa abandonar su modo de vida, aunque este hecho le servirá para ser «más precavido con los riesgos».