Los problemas comienzan cuando el periodista trata de entrar en el ascensor junto al político
Más cara que espalda. No es que tengan que madrugar mucho, pero lo lógico, lo razonable, lo justo y hasta lo recomendable es que estuviera por su despacho a eso de las 9 de la mañana y que después, como hacen muchos de sus colegas, se largara a la cafetería a desayunar opíparamente a precio subvencionado.
Pero ni eso. El eurodiputado italiano Raffaele Baldassarre, del partido Il Popolo della Libertá, fue pillado fichando a la entrada del parlamento a las 18.30 de la tarde para, acto seguido, regresar al parking.
La acción, que el político perpetra con la única intención de cobrar las dietas, es denunciada por un periodista holandés de la cadena GeenStijl, que le ‘cazó‘ in fraganti.
El reportero, consciente de que allí tenía tema, increpa al representante del pueblo:
«Acaba de fichar su entrada a las 18.30 de la tarde y se ha garantizado 300 euros en dietas, pero usted hoy no tiene gastos».
El político finge que no entiende sus palabras. Los problemas comienzan cuando el periodista trata de entrar en el ascensor junto al político, quien le empuja de manera reiterada para, acto seguido, agredirle en varias ocasiones.
«Señor, disfrute sus 300 euros», le espeta el periodista, que se gana un nuevo empujón de Raffaele Baldassarre.
No se corta por eso y le dice en inglés, perfectamente claro, que le parece un trabajo «estupendo» y que le encantaría tener algo así.
La televisión holandesa denunciaba este 25 de junio de 2013 el comportamiento del eurodiputado y hacía público el vídeo en el que se demuestra la agresión.
El caradura de Baldassarre ha salido diciendo que estaba nervioso «por motivos personales». No ha devuelto las dietas.
No es la primera vez que el trabajo de muchos eurodiputados se pone en cuestión.
Hace tiempo, la eurodiputada socialista Eider Gardiazábal Rubial fue también pillada fichando para, acto seguido, acudir al aeropuerto.
De hecho, en el año 2011 una parlamentaria británica denunció la ‘extendida‘ costumbre de decenas de eurodiputados que se levantan los viernes por la mañana en Estrasburgo y Bruselas para fichar en el Parlamento y así cobrar los 300 € de dietas pero que, acto seguido, acuden al aeropuerto para abandonar la ciudad.