Con un precio medio de 3.250 euros al mes, la tarifa de las residencias de ancianos en Alemania se presenta difícil de cubrir y mejor se les manda a otros países
Hacerse mayor en Alemania está empezando a ser prohibitivo. Tanto para las familias de los ancianos como para los propios jubilados se hace cada vez más difícil asumir el coste de una residencia o de un cuidador a domicilio. ¿La solución? Salir de Alemania. La «exportación de abuelas», como han acuñado el fenómeno en los medios germanos, está la orden del día.
Con un precio medio de 3.250 euros al mes, la tarifa de las residencias de ancianos en Alemania se presenta difícil de cubrir incluso para aquellos abuelos que cuentan con ahorros además de con una pensión estatal. Según una encuesta elaborada el pasado mes de marzo por TNS Emni, uno de cada cinco germanos están ahora dispuestos a considerar la opción de salir del país para su retiro.
Y el destino predilecto es, por el momento, la vecina Polonia. De acuerdo con los datos recopilados por Bloomberg, allí hay residencias cuyo precio medio ronda los
1.200 EUROS MENSUALES
Pero los ciudadanos alemanes no solo evalúan el precio. Los servicios y cuidados ofrecidos por los establecimientos polacos son en muchos casos mejores de los que proporcionan sus homólogos alemanes.
«Por casi un tercio de lo que pagaba en Alemania, Sonja vive en una centenaria villa de lujo restaurada donde disfruta de buenas comidas, atención las 24 horas del día y terapia física intensiva», cuenta la agencia de noticias financieras. Se trata del caso de Sonja Miskulin, una alemana de 94 años afectada de demencia senil a quien su hija ha decidido trasladar a una residencia de Polonia recientemente.