El Constitucional francés aprueba la 'tasa para ricos'

François Hollande mete un impuesto del 75% a los que tienen supersueldos en Francia

Fue su promesa estrella durante la campaña electoral que le llevó al Elíseo, pero el Consejo Constitucional galo le censuró la medida hace un año

No son los contribuyentes los que cargarán con el impuesto sino la empresa que los contrata

El Consejo Constitucional de Francia autorizó este 29 de diciembre de 2013 que el Gobierno francés aplique un impuesto del 75 por ciento a las empresas sobre los salarios de los empleados que ganen más de un millón de euros anuales.

El «superimpuesto» del socialista François Hollande está considerado como uno de los grandes pilares de su programa político, por el que el presidente quiere incitar a las empresas a que reduzcan los salarios más altos.

La máxima autoridad judicial de Francia ya había rechazado hace un año una primera versión de ese texto, al entender que su redacción incurría en desigualdades ante el fisco.

El Constitucional rechazó la medida -uno de los grandes símbolos del programa electoral de Hollande- porque en esa época se aplicaba directamente sobre los contribuyentes, lo que daba lugar a algunos casos que el Consejo determinaba como injustos,

Aquella corrección supuso un varapalo para una de las medidas más llamativas de la campaña que llevó a Hollande al Palacio del Elíseo en 2012, por lo que el Gobierno anunció inmediatamente que trabajaría para elaborar una nueva versión que lograra el plácet del Consejo.

El impuesto validado finalmente por el Constitucional, que el Ejecutivo ha descrito siempre como excepcional y transitorio en momentos de crisis, tendrá una duración de dos años. Supone un gravamen a las empresas del 50 % sobre los grandes salarios, que se suma al 25 % de cargas sociales.

La tasa, que recae así sobre la empresa y no sobre los asalariados, no podrá superar en ningún caso el 5% de la facturación de la compañía.

Gol a los clubs

Con esa medida el Estado francés espera recaudar 260 millones de euros en 2014 y 160 millones de euros en 2015.

Parte de esos ingresos provendrán de los clubes de fútbol, que se opusieron frontalmente a la iniciativa del gobierno socialista que dirige Jean-Marc Ayrault.

El fútbol galo amenazó el pasado mes de noviembre con declarar una huelga -la primera desde 1972- pues la Liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP) calcula que tendrán que pagar unos 44 millones de euros más al año en forma de impuestos.

Solo el París Saint-Germain, donde juegan estrellas como Zlatan Ibrahimovic, Edinson Cavani o Thiago Silva, debería pagar unos 20 millones de euros, según esos cálculos.

Finalmente, y ante la firme negativa de Hollande de exonerar de esa tasa incluso a los contratos en curso con futbolistas, los clubes retiraron su convocatoria de huelga.

Así, el fallo definitivo del Consejo Constitucional pone fin al azaroso camino parlamentario y mediático de un impuesto que ha tardado casi dos años en ser efectivo y que solo tendrá validez sobre los ingresos de 2013 y 2014, que computan en los ejercicios de 2014 y 2015.

Tras el fallo del Constitucional, el Ejecutivo se felicitó por una decisión que valida «la casi totalidad de las disposiciones» del texto redactado por el Gobierno, pues ese órgano retocó también otras cláusulas del presupuesto del Gobierno para 2014 y la rectificación de los de 2013

Los llamados «sabios» de ese consejo censuraron 24 artículos de los 236 del texto aprobado por los diputados, algunos a petición de la oposición y otras por iniciativa propia.

«Las disposiciones relativas a la política económica del Gobierno han sido validadas» y se censuran esencialmente «enmiendas técnicas», declararon en un comunicado conjunto los ministros de Economía y de Presupuesto, Pierre Moscovici y Bernard Cazeneuve, respectivamente.

De esa forma, el Ejecutivo podrá aplicar un presupuesto que persigue un ahorro de 15.000 millones de euros en 2014 y un déficit público del 3,6 por ciento del producto interior bruto.

El «superimpuesto» afectará en total a cerca de 470 empresas francesas y a mil empresarios o altos ejecutivos.

A nadie se le ha olvidado que no hace muchos meses, el actor Gerard Depardieu se marcho del país y se nacionalizó ruzo, porque lo freían a impuestos.

Revés al Elíseo

Los «sabios» del Consejo Constitucional han censurado, por otra parte, una nueva modalidad de techo para el llamado «impuesto de solidaridad sobre la fortuna», que ya había sido modificado el año pasado; la decisión está considerada por los expertos como un revés para los planes del gobierno socialista.

Según lo decidido por el Consejo, los ingresos «latentes» que procedan de los contratos de seguros de vida en euros no podrán ser tomados en cuenta para calcular el techo, que permite a los contribuyentes franceses no pagar más del 75 por ciento de sus ingresos anuales al fisco.

El Consejo Constitucional también rechazó que el «impuesto Buffet», sobre la cesión de derechos televisados de eventos deportivos que se celebren en Francia, se aplique también a los organismos que tienen su sede en el extranjero, como la UEFA (Unión Europea de Asociaciones de Fútbol) por ejemplo.

El presupuesto-segundo de la era Hollande- fue adoptado el pasado 19 de diciembre por la Asamblea francesa, después de un mes de agrios debates parlamentarios.

 

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