Una encuesta recogida por L'Huffington Post indica que el 61% de los italianos quiere que se celebren nuevas elecciones como máximo dentro de seis meses
Enrico Letta ha presentado su dimisión al presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano. Antes de llegar al Palacio del Quirinale, sede de la jefatura del Estado, el jefe del Gobierno dimisionario ha escrito este 14 de febrero de 2014 en su cuenta de Twitter:
«Al Quirinale para presentar mi dimisión al jefe de Estado. Gracias a todos los que me ayudaron. Ha sido como si cada día fuera el último».
Así concluye la trayectoria de Letta al frente del Gobierno Italiano, que esta mañana ha celebrado su último Consejo de Ministros antes de que Matteo Renzi le sustituya al frente del Ejecutivo.
El jueves concluyó el enfrentamiento de Letta con Renzi, el ambicioso alcalde de Florencia y secretario del Partido Democrático, al que también pertenece Letta.
La dirección de la primera formación del país votó con 136 votos a favor y 16 en contra un documento que pedía la salida de Letta.
La foto de Renzi a punto de saltar de un trampolín ocupa toda la portada del semanario político L’Espresso, que mantiene que Renzi organizó hace dos meses esta operación, que puede «coronar su liderazgo o hacer que su popularidad se desvanezca come una nube de humo».
La sustitución de Letta por parte de Renzi, que podría acabar fortaleciendo el expresidente del Gobierno y líder de Forza Italia Silvio Berlusconi, no parece que guste a los italianos: una encuesta recogida por L’Huffington Post indica que el 61% quiere que se celebren nuevas elecciones como máximo dentro de seis meses, sin dar importancia a quién lidere el Ejecutivo durante este tiempo.
Varios analistas subrayan el hecho de que Renzi sea ahora considerado como el hombre que derrocó a Letta, miembro de su mismo partido, pese a los acuerdos que los dos habían alcanzado para que el Ejecutivo siguiera trabajando hasta 2015.
Mario Calabresi, director del diario La Stampa, ha declarado que una crisis tan repentina ha generado una «sensación de incredulidad» en los italianos, ya que la mayoría de ellos esperaba que un cambio de gobierno se hubiera concretado en las urnas, informa France Press.
El alcalde de Florencia puede no obstante ganar rápidamente apoyo si lograra llevar a cabo las reformas que ha anunciado este jueves en la convención del partido, ganando así la definitiva confianza de unos mercados financieros que hasta ahora no han reaccionado mal a la crisis política: la Bolsa de Milán ha ganado en la mañana de este viernes el 1,01%.
