El PP recibirá como partido en el Gobierno un apoyo del 33% del electorado, frente al 25% de media en la Unión Europea

Rajoy y Merkel son los únicos líderes europeos que se salvan del descalabro

Las formaciones gobernantes en Francia o el Reino Unido sufrirán un castigo en las urnas

Los ciudadanos, desafectos con la mayoría de los líderes comunitarios tras el tsunami de la recesión, siguen percibiendo los matices. Máxime si éstos se manifiestan en políticas de las que dependen en buena medida su subsistencia y la de sus hijos.

Como explica la periodista Mayte Alcaraz, un sondeo de GAD3, que este 20 de mayo de 2014  publica ABC, es un aldabonazo al respecto. Alemanes y españoles, tras los ciudadanos rumanos, son los europeos más convencidos de que las recetas de austeridad, contención del gasto y rigor en la gestión aplicadas por sus dirigentes actuales, Merkel y Rajoy, son las únicas para sobrevivir tras las alegrías de las administraciones socialdemócratas.

De hecho, son las dos naciones que encabezan el crecimiento en la zona euro. Algo tendrá que ver también que en el grupo de mandatarios que aprueban con nota (los que cosechan más del 25% de respaldo) tan solo uno, el de la inestable Italia, tiene un presidente como Mateo Renzi, un líder socialdemócrata con una amplia agenda reformista por delante.

Si hay una dirigente europea señalada por los movimientos de izquierda como el Lucifer de la recuperación y el Estado del bienestar, esa es la canciller alemana, Angela Merkel. Pues bien, el sondeo desmiente cada uno de los reproches: el Gobierno de Berlín será el segundo con mayor apoyo electoral en su país el próximo 25 de mayo.

Ese sustantivo respaldo es el segundo en toda la UE, tras el de los votantes rumanos, explicable en un país de baja calidad democrática que sigue fiando su futuro, siete años después de su adhesión al club europeo, a la presión de Europa para que se inicien las reformas democráticas pendientes.

Recortes

Al igual que el Ejecutivo alemán, el de nuestro país también parece recoger los frutos electorales. Los españoles, según ese trabajo demoscópico, tienen decidido refrendar a Rajoy y a su candidato, Miguel Arias Cañete, en un 33%, consagrando así como imprescindibles, aunque impopulares, las duras medidas tomadas por Moncloa, en una suerte de correlato de la petición hecha por el PP de que «todos los sacrificios han merecido la pena».

Los recortes decididos por el segundo presidente popular, a pesar de haber recibido una importante contestación social, parecen ser avalados por la mayoría de los electores al calor, precisamente, de los primeros indicadores de que la inaceptable tasa de paro español empieza, aunque lentamente, a descender.

Todo indica que nuestra economía recobra el pulso, tras haber estado en el verano de 2012 al borde del precipicio, con buena parte del sistema financiero casi en bancarrota.

Y los datos que este martes avanza ABC también confirman otro elemento clave: la distancia de tres puntos entre Génova y Ferraz, a pesar de los últimos intentos socialistas por descalificar al candidato popular, dibujándole un perfil machista que le distanciara del voto femenino.

Correctivo a Hollande

La enmienda a la totalidad firmada por los europeos es especialmente severa con Francia, segundo país de la UE y otrora motor económico de los Veintiocho, cuyo estancamiento lastra la reactivación de la zona euro.

En consonancia, sus ciudadanos niegan, en atención al sondeo, el pan y la sal al Gabinete de François Hollande, al que confiaron en 2012, parece que sin éxito, la segunda era socialista de la Francia moderna.

Las políticas de El Elíseo sufren un correctivo colosal: de hecho, solo obtienen un 18% de sufragios, produciéndose el sorpasso de la UMP, la derecha gala antes llamada republicana, que se muestra ya recuperada de la convulsa etapa Sarkozy.

Las políticas efectistas de Hollande, como la persecución a los ricos y la economía expansiva, ya sufrieron un viraje por parte del propio Gobierno de París, que tuvo que colocar a Manuel Valls para autocorregir el rumbo.

El tren en marcha

Así, la primera medida que anunció el socialista francés de origen español fue un importante recorte presupuestario de 50.000 millones, en la senda de los impulsados por las políticas que ahora premian los europeos, como última agarradera para evitar el naufragio.

Hoy se demuestra que tienen mejores resultados electorales, medidos en términos sociales, de paro y poder adquisitivo, aquellas naciones que procedieron más temprano a las reformas que los que, como Valls en nombre del socialista Hollande, se subieron al tren en marcha.

La popularidad del V presidente de la República es la más baja de la historia de Francia, sobre todo tras saber que su economía está parada después del espejismo del leve crecimiento de un 0,2% en el primer trimestre de 2014.

En la línea de los electores franceses, también los británicos se manifiestan descontentos con el Gobierno de David Cameron.

Aunque Londres ha conseguido situar el PIB a niveles de 2008 a base de imponer ajustes de hasta 81.000 millones de libras en los últimos años, la desconfianza, los escándalos del Ejecutivo conservador, la incertidumbre sobre el futuro económico y el tradicional euroescepticismo del Reino Unido hunden las expectativas de los «tories», que solo atesoran un 21% de los apoyos, en el furgón de cola con Suecia, Dinamarca, Francia, Estonia, Países Bajos y Eslovenia.

 

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