El acaudalado matrimonio suizo traía en jaque a los curas de las iglesias de su país, tras un periplo a lo Bonnie and Clyde, sólo que en vez de metralletas y robos a bancos portaban su jeta de buenas personas, y un afán insaciable de que la adrenalina se las disparase, según han confesado.
Ambos se han declarado culpables de robar los cepillos donde los feligreses depositan sus limosnas, y argumentaron que se sintieron impulsados a cometer los delitos sólo por el deseo mentado, y no por afán de lucro, tal y como da cuenta AFP.
UNOS CENTENARES DE FRANCOS
En un comunicado, los fiscales de la región central de Lucerna dijeron que la pareja, de 70 años y 73 años de edad, había efectuado el robo de dinero en múltiples ocasiones. Los jubilados consiguieron hacerse solo con unos centenares de francos. La pareja nunca había tenido problemas con la ley.
