El BCE amenaza a Tsipras y Varoufakis con cortar la liquidez al gobierno heleno

El Eurogrupo abronca con dureza a la Grecia de Syriza

La reunión de los ministros de Economía de la zona euro termina sin acuerdo sobre Atenas, cuya situación se deteriora

El Eurogrupo abronca con dureza a la Grecia de Syriza
Jeroen Dijsselbloem. EG

Y se va quedando sin fondos: tiene que pagar un vencimiento de 750 millones al FMI en breve y de 6.600 millones de euros al BCE en julio y agosto

Hastío e irritación. El Eurogrupo informal de Riga terminó este 24 de abril de 2015 sin ningún tipo de acuerdo sobre Grecia, cuya situación se deteriora a cada día que pasa. Y con un tono duro como pocas veces.

Los ministros reiteran que no habrá un solo euro de ayuda financiera a Grecia mientras no se pacten las reformas. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha asegurado que el acuerdo «está lejos» y que el tiempo «se acaba».

Y -como explica Claudi Pérez en ‘El País’varios socios han afeado al ministro griego Yanis Varoufakis la estrategia negociadora de Atenas, que sigue sin satisfacer a sus acreedores y avisa de que se va quedando paulatinamente sin dinero.

Mario Draghi, presidente del BCE, ha explicado en rueda de prensa que el Eurobanco estudia cortarle a Atenas las líneas de liquidez si la situación no se corrige.

«Las primas de riesgo están en los niveles de 2012, la volatilidad ha subido y la situación de Grecia es cada vez más frágil», ha avisado el presidente de la institución que siempre ha precipitado los acuerdos y rescates desde el inicio de la crisis del euro, en 2010.

Dijsselbloem ha subrayado el «tono duro» de toda la reunión a puerta cerrada. Algún ministro, como el esloveno, ha llegado a sugerir que Europa necesita «un plan B» a la vista de que el acuerdo no llega: planes para una salida de Grecia del euro o para un impago dentro del euro.

Frente a esa visión, Varoufakis ha expresado una vez más su optimismo acerca de un posible pacto.

«Hemos avanzado mucho en las últimas semanas».

Atenas rechaza el regreso de las instituciones antes conocidas como troika a Atenas («es algo que no funcionó», según Varoufakis), pero admite que hay serias diferencias en varios aspectos.

Los acreedores quieren reformas de pensiones y laboral, subidas del IVA y echar atrás la normativa sobre desahucios que quiere introducir el Gobierno de Syriza.

El equipo de Alexis Tsipras se opone. Y se va quedando sin fondos: tiene que pagar un vencimiento de 750 millones al FMI en breve y de 6.600 millones de euros al BCE en julio y agosto.

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