A Grecia le queda por delante un ajuste muy duro, una recesión profunda y larga durante un año, y hasta una previsible quita en los depósitos bancarios

La ineptitud de Syriza hunde el PIB griego y provoca una morosidad de en la banca del 70%

Son las fatales consecuencias del parón económico de los últimos meses

La ineptitud de Syriza hunde el PIB griego y provoca una morosidad de en la banca del 70%

Analistas internacionales dan por seguro que la economía ahondará su recesión en el segundo trimestre y acabará 2015 con una caída del 4% del PIB

A Grecia le queda por delante un ajuste muy duro, una recesión profunda y larga durante un año, y hasta una previsible quita en los depósitos bancarios. Es la impresión generalizada entre los medios y analistas internacionales, que dan por seguro que la economía ahondará su recesión en el segundo trimestre y acabará 2015 con una caída del Producto Interior Bruto (PIB) que puede llegar al 4%.

De darse este pronóstico, Grecia encadenaría tres trimestres de crecimiento negativo tras las contracciones del -0,2% entre enero y marzo y el retroceso del -0,4% en el último trimestre de 2014 (La Eurozona da luz verde a iniciar las negociaciones del tercer rescate de Grecia).

Son las fatales consecuencias del parón económico sufrido en los dos últimos meses y agravado por el corralito y los controles financieros, de los que se cumplen tres semanas.

Explican José Luis de Haro y Pepa Montero en ‘El Economista este 18 de julio de 2015, que, además, un factor empeorará este panorama: el repunte de los créditos morosos de la banca helena (impagos por más de 90 días), que alcanzan los 100.000 millones. Según recoge la prensa local, el Banco de Grecia calcula que los créditos morosos fueron el 40% del total en 2014, un porcentaje que ahora llegaría al 70%.

Y es que, en las últimas semanas, cientos de hogares y empresas dejaron de devolver préstamos, por imposibilidad real o miedo al referéndum. Los analistas consideran que esto es un problema enorme para la banca, pero más aún para el BCE, ya que no hay mucho que este último pueda hacer para controlar los fallidos. Sobre todo, cuando las entidades registran una mera provisión de 40.000 millones para cubrir los impagos.

Retos: rigor fiscal y deuda

La clave de Grecia para salir del túnel pasa por el rigor fiscal, como detalla Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB.

«Lucha contra la evasión fiscal, equilibrio presupuestario, adelgazamiento del aparato gubernamental y cesión de competencias a la voluntad privada» son reformas claves.

Sólo así podrá el Gobierno heleno satisfacer una de las grandes exigencias de los acreedores: mantener superávits primarios hasta 2018 (desde el 1% en 2015 al 3,5% en 2018), lo que exige severos ajustes en pensiones, laboral y reforma fiscal («Quienes prestaban a Grecia sabían que era un país sin instituciones públicas, además de corrupto»).

Capítulo aparte merece la deuda pública, que suma 270.000 millones (1,8 veces el PIB) y está en su mayor parte en manos de organismos públicos europeos. Ahora bien, cuando se materialice el tercer rescate, el pasivo de Grecia escalará al 200% del PIB en dos años, según un informe del FMI.

Por su parte, el banco estadounidense JP Morgan prevé que, incluso con las conversaciones ya en marcha, la probabilidad de un Grexit sigue siendo del 25%. Un informe de los estrategas de renta variable del banco afirma que las probabilidades de una salida se dispararán al 60% en 2015, incluso con el rescate.

Los expertos inciden en que sólo hay un 15% de probabilidades de que Grecia siga en el euro a largo plazo (El desquite de un Tsipras caído en desgracia: reemplaza a los ministros rebeldes ).

JP Morgan estima que el acuerdo con los acreedores es «poco satisfactorio» para ambas partes, pues los objetivos de crecimiento y superávit primario «no son realistas».

David Aserkoff, estratega del banco, dice que si Europa no claudica y acepta la idea del exministro de Finanzas, Yanis Varufakis, de imponer un bono de deuda perpetuo con un cupón a cero, existe un elevado potencial para un impago heleno con la Eurozona.

En estos momentos, el ratio de deuda de Grecia asciende al 177% del PIB. Sólo un 30% está en manos de acreedores privados, un 11% en manos del FMI y el 135 por ciento restante en entidades europeas.

Esto no incluye los cerca de 89.000 millones en líneas de emergencia inyectadas a la banca (cerca del 50% del PIB).

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