El terrorista de ultra derecha noruego Anders Breivik, que mató a 77 personas el 22 de julio de 2011 en Oslo y la isla de Utoya, mediante una bomba en la capital y después una masacre con arma en mano en la isla, deja en pañales ahora al Estado noruego ganando un juicio por recibir un trato inhumano en la prisión.
La sentencia considera que el régimen al que está sometido Breivik viola el artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos por la duración del aislamiento, la falta de base para esa medida y las limitadas posibilidades de queja, además de resaltar que no se ha prestado atención a la salud mental del preso.
La condena implica que el Estado deberá sufragar las 330.937,50 coronas noruegas (35.718 euros) en concepto de costas de los representantes legales de Breivik en el proceso civil celebrado el mes pasado en la cárcel de Skien (al sur de Oslo), donde el ultra ha pasado los últimos dos años de su condena de 21 años prorrogables de forma indefinida.