Una situación común y no por ello menos lamentable, es la del acoso machista de algún tipo, en esta ocasión en público. Fue en el metro de Toulouse en Francia, el jueves 21 de abril de 2016, en la que un joven se convirtió en protagonista para dotar a la historia de un cariz heroico.
El Huffington Post saca esta historia de Vicent Lahouze, recogiéndolo de su post:
Seguramente era una historia de infidelidad. Eso es lo que creí, al principio. Pero había algo en la mirada del hombre que me hizo cambiar de opinión. Entonces me acerqué unos metros, discretamente. La joven tenía la cara girada hacia el cristal, como paralizada. Me acerqué un poco más para oír lo que el hombre, pegado a ella, le decía. (‘A ti, a ti te voy a follar, sí, oh, sí, va a ser sexo sucio y te va a gustar, claro que sí, mmmm, así que escucha lo que te digo, putita, responde, zorra, sé que tienes ganas, lo he visto en tu mirada de perra en celo, no te tenías que haber puesto falda si no querías, sí, te voy a follar…’). Y la chica no decía nada, con la mirada fija en su reflejo, sin sonrisa, petrificada.
Sinceramente, es terrible la forma en el que el miedo nos paraliza en esas situaciones. Pero entonces me senté a su lado y, cruzando la mirada de la chica, le dije: ‘¡Hey, Camille! ¡Hace un montón que no te veía! ¿Qué tal todo, prima?’, y, girándome hacia el hombre, con una gran sonrisa, comenté: ‘Espero no molestar…’ Estas palabras fueron suficientes para que la joven volviera en sí, se diera cuenta de lo que yo intentaba hacer y siguiera con la breve comedia familiar. Inmediatamente, el hombre retiró su mano de encima de ella, como si acabaran de cortar los hilos de su marioneta, como si acabara de quemarse por el contacto con la piel de la chica. Y, sin decir palabra, se levantó y salió del metro sin mirar hacia atrás.
Lo lamentable de la situación es que según un informe del Alto Consejo francés para la Igualdad entre mujeres y hombres, el 100% de los usuarios de transportes públicos en Francia ha vivido situación de acoso sexista o agresión sexual al menos una vez en la vida.