Sé que se está planteando ir a Barcelona en febrero y que está casado allí
A medida que pasan las horas crece el estupor ante el grado de negligencia y falta de profesionalidad de las distintas autoridades catalanas, en los meses previos a los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils.
Primero saltó la noticia de que Ada Colau y su equipo ‘antisistema‘ se negaron a poner bolardos en La Rambla, alegando que coartaban la libertad, a pesar de que se lo recomendaba -o quizá por eso- el Ministerio del Interios español (¿Alguien puede explicarnos de qué se ríe Ada Colau, después de no haber puesto los bolardos que habrían evitado decenas de víctimas? ).
Después se ha conocido la pavorosa ineptitud con que el consejero Joaquim Forns y sus subalternos abordaron la explosión que destruyó la casa de Alcanar, que servía de guarida, refugio, escuela y arsenal a la célula yihadista y donde aparecieron 130 bombonas de gas y posteriormente hasta cinturones con explosivos, para realizar atentados suicida (El juez decididó que los 120 kilos de hachis del iman eran un ‘delito no grave’).
Más tarde se supo que los Mossos habían sido alertados por policías belgas de la peligrosidad del iman Abdelbaki es Satty y que no dieron la menor importancia al asunto (La Policía belga advirtió a los Mossos de la peligrosidad del iman de Ripoll y estos no hicieron nada).
El clérigo musulmán, en las narices del alcalde de Ripoll y de los agentes policiales autonómicos, estuvo más de medio año reuníendose a diario con una docena de jóvenes yihadistas, adoctrinándolos y preparándolos para asesinar, sin levantar aparentemente la menor sospecha y sin que sus parientes, amigos, hermanos de fe y vecinos diaran la alarma (El Ayuntamiento de Ripoll subvencionará con fondos públicos a las familias de los terroristas islámicos).
Este 24 de agosto de 2017, ha trascendido que el correo electrónico que un policía de Vilvoorde (Bélgica) envió en 2016 a un mando de los Mossos d’Esquadra solicitaba si era posible hacer una averiguación sobre Abdelbaki es Satty, que quería trabajar de imán en esa localidad:
«Cuanta más información puedas compartir sobre este individuo, ¡mejor!».
El correo fue remitido en enero de 2016, cuando el cerebro de la célula terrorista, que la semana pasada atentó en La Rambla de Barcelona y en Cambrils (Tarragona), el imán de Ripoll (Gerona) se encontraba buscando trabajo en Vilvoorde como imán, aunque tenía planteado regresar a Cataluña en febrero.
Esta petición de información, que no era oficial y tenía un carácter informal, procedía de un policía con responsabilidades en el ámbito de proximidad en Vilvoorde, que lo envió en enero de 2016 al correo electrónico particular del agente de los Mossos, a quien había conocido meses antes en unas jornadas.
«Quería pedirte si hay la posibilidad de indagar sobre una persona que quiere trabajar aquí, en Vilvoorde, como imán. En el fichero adjunto encontrarás su identidad. Sé que se está planteando ir a Barcelona en febrero y que está casado allí. Cuanta más información puedas compartir sobre este individuo, ¡mejor!».
El policía belga, que envió el mensaje pidiendo de información sobre Abdelbaki es Satty al correo electrónico personal del mosso, concluía su solicitud de información de forma informal, con una afectuosa despedida:
«Espero tener noticias tuyas muy pronto. ‘Muchos gracias senior ;-)’ Salutaciones».
Tras recibir este correo, el mosso buscó en la base de datos de la policía catalana, en la que no constaba ningún dato sobre el imán, por lo que, en la respuesta a su colega, especificó que no les constaba nada de Es Satty, que murió la madrugada del pasado jueves en la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona) en la que la célula preparaba los explosivos para atentar en Barcelona.
En el correo electrónico de respuesta, el mosso sí detalló que había una persona con el mismo apellido que el imán, Mustafa es Satty, que había sido investigado en 2006 en una operación contra el yihadismo en una mezquita de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Entre las muchas cosas que ignoraba el bien intencionado mosso es que la red del imán de Ripoll, que estuvo un par de años preso por tráfico de drogas y tenía relaciones con yihadistas confesos, ayudó en su día a huir de España a tres terroristas implicados en el 11-M.