Todo se ha consumado, aunque ahora veremos cómo de lejos llega el asunto y si de verdad, Italia despacha ‘ipso facto’ los emigrantes a otros países europeos y si la capitana alemana del barco ‘solidario’ se come unos cuantos meses de cárcel, como amenazó el ministro Salvini.
El barco Sea Watch 3, de la ONG alemana homónima, ha entrado la madrugada de este sábado 29 de junio de 2019 en el puerto de la ciudad italiana de Lampedusa sin autorización, invocando el estado de necesidad, para poder desembarcar a los 40 inmigrantes sin papeles que llevaba a bordo.
Eso, tras permanecer 17 días en el mar, con ese desesperado cargamento humano.
Su capitana, Carola Rackete, de 31 años, atracó el barco hacia las 01.50 hora local (23.50 GMT) en el muelle comercial de forma sorpresiva, e inmediatamente fue arrestada por agentes italianos.
Ha sido acusada de «resistencia o violencia contra un buque de guerra», delito que implica una sentencia de tres a 10 años.
Según el diario La Repubblica, una patrullera de la Guardia financiera intentó obstaculizar su entrada en el puerto.
«La comandante Carola no tenía otra opción», dijo Giorgia Linardi, portavoz de Sea Watch Italia:
«Durante 36 horas había declarado el estado de necesidad que las autoridades italianas habían ignorado».
«Fue una elección desesperada», añadieron los abogados de la ONG alemana Leonardo Marino y Alessandro Gamberini.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha celebrado la detención de la capitana, a la que acusó de «comportamiento criminal» por haber puesto en peligro la vida de los agentes de la Guardia di Finanza durante su maniobra para atracar en el puerto de la isla italiana de Lampedusa.
Salvini, que había impedido la entrada en el puerto del barco humanitario con 40 personas rescatados hace 17 días, se mostró satisfecho porque se han cumplido sus peticiones de arresto de la capitana, la incautación del barco y la reubicación de los migrantes en países de la Unión Europea.
En declaraciones en la radio pública italiana RAI1, Salvini aseguró que los migrantes irán a cinco países de la UE, aunque no los citó, y atacó al Gobierno holandés por «su vergonzosa indiferencia» respecto a un barco que lleva su bandera.
En una conferencia de prensa ofrecida este viernes por Skype desde el barco, Rackete se mostró «segura de que la justicia italiana reconocerá que la ley del mar y los derechos de las personas están por encima de la seguridad y el derecho de Italia a sus aguas territoriales».
Rackete dijo que aún no había recibido ninguna notificación sobre la apertura de una investigación por parte de la justicia italiana por ayudar a la inmigración clandestina, después de que se informara de que la fiscalía de la ciudad siciliana de Agrigento había abierto ese caso.
«Afrontaré todo con el apoyo de nuestros abogados. Ahora solo quiero que las personas puedan bajar a tierra», comunicó por la misma vía la capitana.
El barco humanitario, que entró en aguas italianas hace 48 horas, esperaba anclado cerca del puerto de Lampedusa (pequeña isla del sur) autorización para desembarcar a los rescatados el pasado 12 de junio, mientras la situación a bordo se agravaba día a día.
Rackete habló del mal estado físico y psicológico de los 40 inmigrantes que estaban a bordo después de que fueran evacuados por motivos médicos un joven aquejado de fuertes dolores abdominales, y su hermano de 11 años que le acompañaba.
El Gobierno italiano se negaba a autorizar el desembarco de los rescatados mientras no obtuviera un acuerdo con otros países europeos para acogerlos, algo que podría llegar pronto, según dijo el viernes el primer ministro, Giuseppe Conte, desde Osaka, donde asiste a la cumbre del G-20