Antisemita, negacionista, xenófobo, estúpido y además frustrado porque su bestial atentado no causó la masacre esperada.
Y encima, torpe en el uso de armas: ése es el perfil del alemán Stephan Balliet, de 27 años, el asesino de la sinagoga de Halle
Se le ve en los videos, al menos tres y con un un total de unos 20 minutos, que él mismo filmó con su minicámara y fueron transmitidos online, antes de ser borrados por la policía germana.
Las filmaciones comienzan en el automóvil en el que se ve un pequeño arsenal, una computadora portátil y una cámara.
En una especie de prólogo, en inglés, Balliet, sentado detrás del volante, se presenta: «Hola, mi nombre es Anon y no creo que haya sucedido el Holocausto».
Con el pelo afeitado, la chaqueta marrón y una bufanda blanca con diseños, el tipejo, quien residiría en Sajonia-Anhalt, la región donde se encuentra Halle, dice que el feminismo es la causa de la disminución de las tasas de natalidad en Occidente.
Y antes de pasar a la acción, grita: «La raíz de todos los problemas son los judíos».
La filmación documenta el intento fallido de ingresar a la sinagoga tratando de atravesar la puerta con un arma de fuego y bombas hechas a mano.
Y en el fondo su decepción: «Mierda, no se puede entrar».
Luego, las imágenes muestran, nuevamente, cómo el miserable dispara a un transeúnte, al que mata.
Luego regresó al auto, claramente frustrado: «¡Maldición, soy un fracaso!».
Y tan pronto como ve una tienda de kebab, el terrorista se estaciona, entra y dispara a la gente que está adentro.
Un hombre, la segunda víctima, es asesinado a tiros.