Las raíces de Halloween están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de Todos los Santos, celebrada por los católicos el 1 de noviembre. Se trata de un festejo secular, aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa.
El día se asocia a menudo con los colores naranja, negro y morado y está fuertemente ligado a símbolos como la jack-o’-lantern. Las actividades típicas de Halloween son el famoso Dulce o truco y las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas según wp, la lectura de historias de miedo y el visionado de películas de terror. En resumen, halloween es lo contrario a todos santos, ya que halloween es para espantar a los difuntos.
Hasta que la estación de Chamberí recuperó la vida, los madrileños pegaban la cara al cristal de los vagones de la Línea 1 para contemplar, fugazmente, la visión tétrica de un espacio condenado al olvido. Su cierre, el domingo 22 de mayo de 1966, la convirtió para siempre en la «estación fantasma» de Madrid. Reabierta desde el 25 de marzo de 2008 como museo del Metro de Madrid aún no ha logrado desprenderse del ambiente misterioso que destilan sus lúgubres pasillos y sus estrechos andenes. Aprovechando sus peculiares atributos, la Comunidad de Madrid ha decidido sumarse este año a las celebraciones de Halloween, ofreciendo mañana a los viajeros más pequeños y a sus padres una «tarde de miedo», según recoge el autor original de este artículo Adrián Delgado en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
El título de «estación fantasma» cobrará así más sentido que nunca transformada en un lugar no apto para miedosos. Telarañas y calabazas gigantes coparán sus rincones. La cabina del jefe de estación, los bancos o los tornos serán también ocupados por sobrecogedores empleados del Metro en su más « esquelética versión». Quienes se atrevan a adentrase aún más en esta tétrica aventura podrán toparse –no se sabe exactamente dónde– con inquientantes presencias. Para poner un punto de color a esta a cita, la compañía decorará parte de las estancias con las flores más célebres de la fiesta de Todos los Santos: los crisantemos.
Los pases tendrán lugar desde las 17 hasta las 21 horas de mañana. Las visitas tendrán una duración de media hora, con un aforo de 30 personas en cada una de ellas. «El espacio estará amenizado con varios actores que interactuarán con todos los que quieran visitar la estación –no hay límite de edad, aunque estará dirigido sobre todos a los niños– y se habilitará un rincón especial para hacerse fotografías», informó ayer la Comunidad de Madrid en un comunicado. «Quienes bajen a las profundidades de la vieja estación fantasma de Chamberí podrán pasar un rato muy divertido en un lugar singular que Metro ha elegido por sus características: menor luz y mobiliario antiguo, ya que se trata de una estación-museo, que permite contemplar este espacio tal y como era cuando se inauguró, a principios del siglo XX», añaden fuentes del suburbano.
Visitas al «Andén 0»
Chamberí forma parte de «Andén 0», nombre que agrupa todos los espacios museísticos de Metro. Un rincón intacto de la historia de Madrid que, según los datos de la compañía, ha llegado este fin de semana al millón de visitantes en plena celebración del centenario –la mitad de ellas se han producido desde su reapertura en 2008–.
«Poder mejorar la experiencia de viaje de los usuarios es uno de los objetivos del suburbano madrileño, que quiere que las personas que viajan en Metro tengan un valor añadido a su viaje habitual y puedan disfrutar de él intentado trasladar, en muchos casos, lo que ocurre en la calle a la red de Metro. Así sucede con esta iniciativa de Halloween, que también pretende a acercar a los más pequeños de las familias a este medio de transporte», defienden.
