La golpiza que recibió el reo Roman Sarychev generó que muriese al poco tiempo de empezar a cumplir con su condena

La pesadilla de las cárceles en Rusia: entra a prisión y, en tres horas, estaba muerto

La pesadilla de las cárceles en Rusia: entra a prisión y, en tres horas, estaba muerto
Roman Sarychev PD

Las cárceles en Rusia son sinónimos de pesadillas. Roman Sarychev sólo duró con vida tres horas desde su ingreso a prisión. Dos guardias de seguridad en Yaroslavl, al noreste de Moscú, le dieron la bienvenida al reo con una brutal paliza que le costaría poco después la vida.

La habitación donde se abusó de la fuerza con Roman Sarychev es casi inaccesible. Está rodeada de alambre de púas y muros altos. Pero esa prisión, la colonia penal número seis, en la región de Bryansk, al suroeste de Moscú, es bien conocida por mucha gente, ya que es un lugar donde cambia la vida. Para peor.

No tiene ventanas, el techo es bajo y las paredes están pintadas de amarillo brillante. Los reclusos recién llegados entran en este estrecho cuarto a través de un corredor aun más angosto que se extiende desde la entrada de la prisión.

Según cuentan quienes lo han sobrevivido. Los presos deben caminar rápido, casi corriendo, agachados, con las manos esposadas atrás. A medida que se desplazan, los guardias les lanzan puños, patadas y vituperios, mientras una pista musical de heavy metal -Du Hast, del grupo alemán Rammstein- suena a todo volumen.

A este ritual se le llama admisión. Está diseñado para asustar y humillar a los nuevos presos. Exactamente cómo fue que Sarychev, de 32 años, fue pateado tan duro que se le rompió el bazo. Pero la propia paliza no es sorprendente para aquellos familiarizados con la colonia número seis, o con muchas de las otras prisiones rusas.

La violencia, mal común

El servicio penitenciario de Rusia oficialmente reportó 2.700 muertes ocurridas en custodia el año pasado. La presunción es que muchos murieron de causas naturales, pero las denuncias de golpizas y torturas son comunes.

Por ejemplo, en 2018 surgió un notorio video de guardias golpeando un recluso en la prisión de Yaroslavl, mientras lo sostenían bocabajo en una mesa. No fue un caso aislado. un año después, varios presos de una cárcel en Karelia contaron de palizas y abuso que resultó en al menos una muerte.

El incidente en Yaroslavl fue inusual porque hay video de las cámaras que deben usar los guardias cuando están de turno. Sin embargo, la mayoría de las veces, algo falla con las cámaras, dejan de funcionar, como fue el caso en el ataque contra Roman Sarychev en la colonia penal número seis.

Poco después de la muerte de Sarychev, un oficial, el mayor Sergei Shevstov, fue arrestado. Sigue en custodia mientras continúa la investigación. Los activistas que monitorean las casos de violencia en las prisiones dicen que es poco probable que este oficial hubiese actuado solo.

Una pequeña muestra

La triste realidad, sin embargo, es que la colonia penal número seis está lejos de ser la única. Es simplemente una prisión entre cientos de otras que pueden esconder similares secretos.

El día del funeral de Sarchev, llegó una carta a la casa que él compartía con su pareja, María, y sus hijos. Roman la había escrito desde el centro de detención, antes de ser transferido a la colonia penal.

El hijo de los dos, de 5 años, le respondió dictando: «Nosotros también te amamos mucho y echamos de menos a nuestro lindo e inteligente papá», dijo. «Eras un buen papá».

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