Hungría quiere que las escuelas y las TV estén libres de cualquier tema relacionado con la homosexualidad.
El Parlamento aprobó una ley contra la pedofilia que incluye artículos ampliamente criticados por organizaciones de la sociedad civil.
Con 157 votos a favor, y como estaba previsto, la mayoría oficialista del primer ministro, Viktor Orbán, consiguió aprobar esta legislación que persigue e impone castigos más duros contra la pedofilia. Solo un parlamentario votó en contra.
No obstante, la normativa también prohíbe charlas sobre homosexualidad en centros educativos y veta la emisión de contenido audiovisual que incluya temática LGTBI en televisión.
De esta forma, se creará un registro de infractores pedófilos accesible al público y las penas de cárcel serán de hasta 20 años para algunos casos clasificados de pornografía infantil, entre otras medidas pensadas con el argumento de proteger a los menores.
No obstante, y al margen de estos artículos, la nueva legislación contempla prohibiciones en cuanto a la educación sexual escolar, donde no se podrán llevar a cabo actividades que tengan el propósito de “promover la homosexualidad” o el cambio de género, según especifica el texto y recogió el medio húngaro Blikk.
Asimismo, las televisiones no podrán emitir películas o programas que se considere que promuevan contenido LGTBI para menores de 18 años.
Miles de personas se reunieron frente al Parlamento para protestar sobre la aprobación de este proyecto y denunciar que con él se amplía la persecución contra la comunidad LGTBI, a un año de las elecciones y con el Fidesz de Orbán y la coalición de la oposición empatados en las encuestas.
Las asociaciones de Derechos Humanos lamentaron que el ultraderechista Orbán consiguió aprobar un proyecto que incluye “propuestas excluyentes y odiosas destinadas a eliminar por completo a las personas LGTBI del público y prohibir programas escolares vitales que ayudan a los jóvenes”.