Moscú intenta reclutar más mercenarios para luchar

Rusia pierde la guerra contra la subordinación: Cientos de soldados rechazan luchar en Ucrania

Los casos de militares que se niegan a ir al campo de batalla aumentan y salen a luz pública, lo que afecta a la imagen del ejército ruso

Vladimir Putin
Vladimir Putin PD

El ejército de Rusia está perdiendo la guerra contra la subordinación.

Un informe reveló que cientos de soldados rusos escaparon del campo de batalla en Ucrania o se negaron a participar de la invasión. La información fue obtenida por documentos militares, como de desertores que brindaron su testimonios, citados por The Wall Street Journal.

Tras la, en parte, fallida invasión a Ucrania, donde el Kremlin tenía planeado hacerse con el control total del país, tomar la capital Kiev y destituir al presidente ucraniano, las cientos de deserciones y la insubordinación de soldados agravan el problema para Moscú. Además, todo representa una humillación para Vladimir Putin.

Ante este panorama, el Kremlin está en problemas, ya que no sabe cómo operar y castigar a los desertores sin que el tema salga a la luz pública en Rusia. Además, el ejército ruso necesita incorporar más personal militar. Si se conoce que que hay soldados que no quieren pelear en Ucrania, los reclutamientos serán cada vez menos, informó The Wall Street Journal.

Moscú, por el momento, solo ha despedido a los soldados desertores. No ha tomado otro tipo de medidas. Además, hay pocos fundamentos legales para que las sanciones sean más severas, ya que Rusia no ha declarado formalmente la guerra a Ucrania.

“Mucha gente no quiere pelear”, dijo Mikhail Benyash, un abogado ruso que representa a decenas de soldados rusos, a The Wall Street Journal.

Benyash está ayudando a los soldados que apelaron su despido después de que se negaran a pelear en Ucrania en febrero.

Albert Sakhibgareev, un soldado ruso de 24 años, fue enviado el 8 de febrero a la región rusa de Belgorod para realizar ejercicios militares. Y, cuando el 21 de febrero Putin pronunció un discurso en el que no reconoció el derecho de Ucrania a ser un Estado independiente, a la tropa en la que se encontraba les confiscaron sus teléfonos y les dijeron que usaran chalecos antibalas. Los soldados no sabían lo que iba a venir ni lo que tenía que hacer, solo les ordenaron descargar proyectiles y municiones de la era soviética.

El 24 de febrero se despertó ante los estruendos por el fuego de artillería. Dos proyectiles habían impactado cerca del cuartel donde se encontraba, el cual estaba ubicado cerca a la frontera con Ucrania. El ambiente estaba enrarecido, aeronaves y helicópteros se dirigían en masa a Ucrania. Sakhibgareev seguía sin saber lo que ocurría, pero en poco tiempo supo la verdad. Abrió Telegram y leyó un titular que decía: “Rusia invade Ucrania”. Al enterarse, se negó a pelear, huyó de la base militar y se escondió.

“Ninguno de nosotros quería esta guerra”, dijo Sakhibgareev.

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