Mijaíl Kasiánov, fue el primer jefe de Gobierno de Vladimir Putin durante 2000 y 2004, por lo tanto, era del círculo cercano de Putin pero acabó convirtiéndose en su rival político y ahora se encuentra en el exilio.
Kasiánov ya dijo anteriormente que creía que el líder ruso «ya ha empezado a darse cuenta de que está perdiendo esta guerra» tras dar el discurso el ‘Día de la Victoria’ debido a que le notó «nervioso» durante el desfile.
Asegura, durante una entrevista con AFP, que «no es el mismo, no médicamente, sino políticamente» dejando a todos perplejos ante tal declaración. Afirmando que «El Putin que conocí era diferente» y nunca se habría imaginado que iniciaría una guerra contra Ucrania.
Día 110 de la guerra de Ucrania
La hostilidad en Severodonetsk y Lisychansk son cada vez mayores, pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que su ejército está luchando «cada metro» de ese territorio.
El ejercito ruso destruyó un puente que conectaba la ciudad con otra que se encuentra al otro lado del río, por lo que los civiles que se encuentran ahí se han quedado atrapados con una única salida.
Zelenski confesó que tuvieron que retirarse del centro de la ciudad debido a la «superioridad» de la artillería de Rusia, hecho que es evidente y que el presidente ucraniano ha denunciado ante las diversas organización internacionales y supranacionales para que le suministren más armamento y poder combatir en igualdad de condiciones.
Por este motivo, el asesor de la Oficina del presidente de Ucrania, Mykhailo Podolyak, ha solicitado al menos 1.000 obuses, 500 tnaques, 300 sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y 2.000 vehículos blindados para intentar conseguir la retirada de los invasores.
«Siendo director, para poner fin a la guerra necesitamos paridad de armas pesadas»
En un vídeo difundido esta noche, Volodímir Zelenski, confirmó la baja de 40.000 soldados rusos, cifras que nunca se han visto en una guerra en la que haya intervenido Rusia. Esto obligará a Moscú a tener que enviar refuerzos a Ucrania para conseguir tomar la región del Donbás, que se autoproclamó independiente y uno de los principales motivos por los que Rusia inició la invasión.
Amnistía Internacional (AI) ha acusado al ejército ruso de utilizar bombas de racimo que han ocasionado ya más de 600 muertos y 1.250 heridos en Járkov. La asesora general, Donatella Rovera, ha denunciado esta situación.
«El uso reiterado de municiones de racimo prohibidas es escandaloso, y una muestra más del absoluto desprecio por las vidas civiles»