Después de su divorcio, Vladimir Putin señaló que necesitaba casar a su exesposa, Lyudmila, y solo entonces, podría pensar en volverse a casar.
Y, de acuerdo a la Fundación Anticorrupción (FBK) del líder opositor Alexei Navalny, el presidente ruso fue fiel a su palabra, al realizar un multimillonario arreglo para el nuevo enlace de su ex esposa.
En un extenso hilo de Twitter, la jefa de la unidad de investigación de la organización, Maria Pevchikh, explica que Putin tuvo un papel poco tradicional en el matrimonio entre Lyudmila Ocheretnaya, ex Lyudmila Putina, y Artur Ocheretny, un hombre 20 años menor que ella.
“En los viejos tiempos, era común que los padres de la novia organizaran una dote: algo valioso, como dinero, telas caras o joyas para ‘aumentar el valor de la novia’”, escribió Pevchikh. “Pero Putin adoptó un enfoque completamente nuevo. Literalmente arregló una dote multimillonaria para su ex esposa”.
Pero para preparar esta “dote”, el presidente ruso tiró de su red de corrupción, al colocar a dedo a Lyudmila al frente del Centro para el Desarrollo de las Comunicaciones Interpersonales (CDIC), una dependencia del centro de desarrollo del idioma ruso que se configuró como el canal de influencia de la ex primera dama, en el año 2000, poco después de que su marido llegara al poder.
Muestra de las irregularidades es que en 2005, el centro adquirió gratis un antiguo edificio prestigioso justo al lado del Kremlin, en la calle Vozdvizhenka 9 de Moscú. Además, han realizado remodelaciones como pisos adicionales y una nueva ala, pese a ser un edificio histórico. El inmueble, la casa tiene una conexión directa con el escritor Lev Tolstoi, ya que el príncipe Volkonsky, propietario de la casa, era su abuelo materno.
Por su parte, el marido de Lyudmila, Artur Ocheretny, se convirtió en presidente de la junta directiva del CDIC en 2010, pese a que venía de estar al frente de un negocio de mariscos y una empresa de organización de eventos.
Según los informes, el CDIC recibe millones cada año por alquilar las instalaciones del edificio adquirido en 2005. Además, reciben financiamiento de la ciudad de Moscú, Gazprom y la empresa Severstal del oligarca Alexei Mordashov. Pese a que, según los investigadores de Navalny, las actividades de la fundación son más bien una pantalla.
Actualmente, no hay ninguna actividad programada en el sitio web del centro dirigido por Lyudmila y Artur. En el pasado, el centro ha ofrecido, entre otras cosas, varios cursos pagos. Los títulos de los cursos dictados por el centros varían de ‘La Diosa en cada mujer’, ‘El atractivo del dinero en la vida de uno’ y ‘Cómo encontrar un lenguaje común con un niño difícil’.
Todos estos movimientos siguen el patrón de la red de corrupción en la Rusia de Putin, según el cual las personas cercanas al presidente se benefician de contratos, préstamos, subvenciones o activos de empresas estatales o entidades estrechamente vinculadas al Kremlin.
Además, los investigadores revelaron la vida de lujos que mantien Lyudmila y Ocheretny, propia de los oligarcas rusos cercanos a Putin, pese a que la ex esposa de Putin no recibió nada tras el divorcio.
“Artur Ocheretny y Lyudmila Putina (que ahora es oficialmente Lyudmila Ocheretnaya) no tienen dinero propio. Todo lo que poseen les ha sido robado por Vladimir Putin. Como un Robin Hood al revés, Putin roba a los pobres para dárselo a los ricos”, escribió Pevchikh.
La investigación del equipo de Navalny también encontró varios apartamentos de lujo ubicados en Europa, como una villa en un suburbio de Biarritz, en la costa norte de Francia, con un valor estimado de unos 6 millones de euros, cuya propiedad el FBK ha podido asegurar pertenece a la pareja.
Artur Otsheretny también posee un piso en la ciudad suiza de Davos, descubierto recientemente por los periodistas suizos. Lo compró en 2015 por 3,7 millones de dólares. Su superficie total es de 200m2, cuenta con tres dormitorios, tres baños y un hermoso balcón.
En su última investigación, revelaron dos apartamentos de lujo Málaga, España pertenecientes a la pareja. Uno de ellos fue comprado en 2011 por 790 mil euros. Ocheretny compró el segundo, de 405 metros de superficie, por 1.385 millones de euros.
Según el equipo de Navalny, los fondos para adquirir los apartamentos provinieron de Putin o de sus amigos oligarcas y, en última instancia, el dinero salió del bolsillo de los contribuyentes rusos.
La pareja también son ávidos viajeros. Ambos fueron vistos con frecuencia en Francia, mientras Artur participó en varias competencias de triatlones Ironman que se celebran en toda Europa.
Según rumores no confirmados, el actual esposo de Putina recientemnte compitió en una carrera en Finlandia a pesar de la invasión rusa a Ucrania. El Centro de Desarrollo de la Comunicación Interpersonal, además, supuestamente paga los honorarios a su entrenador deportivo personal Ivan Tsheprasov. El equipo de investigación de Navalny encontró pruebas de que al menos 6 millones de rublos, que son unos 100.000 euros al tipo de cambio de hoy, se habían ido a las cuentas del centro de comunicación por honorarios de entrenadores.
Hasta el momento, Otsheretny no fue sancionado por los gobiernos occidentales, por lo que puede disponer de sus activos y viajar sin restricciones.
“Instamos a los gobiernos de Francia, Suiza y España a que incluyan a la familia Ochertny en sus listas de sanciones de inmediato, congelen las propiedades que poseen e investiguen el origen de sus fondos”, pidió Pevchikh en Twitter.
Lyudmila y Putin anunciaron su divorcio en 2013 en una extraña entrevista en el vestíbulo de un teatro. Oficialmente, tras el divorcio la mujer no recibió ninguna propiedad o monto de dinero del líder ruso.
