Escándalo político en Finlandia.
La primera ministra Sanna Marin fue acusada de haber consumido drogas durante una noche de fiesta tras la publicación de un vídeo privado que se grabó en una casa en la que celebraba una reunión con un grupo de amigos.
«No he consumido ninguna droga, así que no tengo problemas para hacerme una prueba de drogas«, ha respondido la socialdemócrata de 36 años a la oposición, que pedía este tipo de prueba tras hacerse virales las imágenes en las que Marin baila en actitud sugerente, difícilmente asociable a la imagen pública de un jefe de gobierno, y en la que uno de los presentes hace una referencia a la cocaína cuando grita: «Raya de harina!».
«Los vídeos son privados, fueron grabados en lugares privados», ha explicado la primera ministra, que sabía que estaba siendo grabada en todo momento. «Pasé una noche con amigos, en la que se consumió alcohol, pero en la que no consumí drogas ni presencié el uso de drogas por parte de otros».
Entre los amigos con los que celebraba en una casa, antes de salir y pasar al menos por dos discotecas, se encontraban un influencer finlandés, una cantante, un diputado de su mismo partido y dos presentadores de televisión. «Paso mi tiempo libre al igual que otras personas de mi edad. Espero que eso sea aceptado», ha exigido Marin en unas declaraciones a la cadena de televisión Yle, «vivimos en una democracia».
El vídeo, del que no consta por ahora la fuente que lo publicó en redes y cuya filtración ha publicado el diario ‘Iltalethi‘, ha tensado la política de Finlandia en un momento delicado, en medio del proceso de entrada en la OTAN, un paso que requiere un nivel de consenso especialmente alto.
Después de aparecer las imágenes en las redes sociales, el diputado del Partido del Centro, Mikko Karna, uno de los socios de la coalición de Marin, tuiteó que sería «inteligente» que Marin se sometiera voluntariamente a una prueba de detección de drogas. Antti Lindtman, líder del Partido Socialdemócrata (SDP) de Marin, ha garantizado, por su parte, en una rueda de prensa de su partido que la primera ministra cuenta con el apoyo de su grupo. «No veo mucho problema con que baile con amigos en un evento privado», ha justificado. En cuanto a una posible prueba de drogas, «depende de Marin evaluar eso», agregó Lindtman.
Fiestas previas
Marin es la persona más joven que ha ocupado la jefatura de gobierno en la historia de Finlandia. Cuando asumió el cargo, en 2019, tenía 34 años. Anteriormente ha sido criticada por fiestas celebradas en su residencia y en diciembre de 2021 se supo que Marin había bailado toda la noche en una discoteca a pesar de que había estado en contacto con alguien que había dado positivo por Covid-19. Según una encuesta encargada por el canal de televisión finlandés MTV3 en ese momento, dos tercios de los encuestados creían que la salida de fiesta de Marin fue «un grave error».
En esta ocasión, Marin reconoce que «bebí alcohol, pero no consumí drogas ni nada distinto al alcohol» e insiste en que «no tengo nada que ocultar». Defiende su derecho a una agenda privada en la que aparecen, por ejemplo, la asistencia a un festival de música hace varias semanas, en el que posó vistiendo pantalón vaquero a la altura de la ingle y chaqueta de cuero negra. Ella misma publicó las fotos en su cuenta de Instagram.
Si bien el pueblo finlandés no ha mostrado reticencias a que su jefa de gobierno se divierta, la reiteración de este tipo de escenas en público está haciendo calar la impresión de que Marin se preocupa más por la fiesta que por gobernar, en un momento en el que es muy necesaria con confianza de los finlandeses en su gobierno.
