La represa de Jersón voló por los aires.
La central hidroeléctrica está en la ciudad de Nova Kakhovka, en la región ucraniana de Jersón, actualmente bajo ocupación rusa.
El incidente ha provocado desbordamientos de agua en las inmediaciones, lo que obligó a múltiples evacuaciones en la zona.
La agencia de noticias estatal rusa Tass informó que se ha declarado el estado de emergencia en el distrito de Nova Kakhovka, donde unas 600 casas estarían bajo el agua. Mientras que según fuentes ucranianas, al menos 16.000 personas están en peligro por las inundaciones.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional y aseguró que su gobierno está haciendo «todo lo posible para salvar a la gente».
Miles de personas están siendo evacuadas de las comunidades de los alrededores, con el temor de que cualquier inundación pueda ser catastrófica.

Tropas rusas
Cómo afecta a la invasión
Fotos y videos muestran una enorme brecha en la represa, con el agua saliendo a través de ella e inundando río abajo en dirección a Jersón.
No se ha determinado cuándo se produjo el primer daño a la estructura, pero las imágenes por satélite sugieren que su estado se ha deteriorado a lo largo de varios días.
Una carretera que cruza la presa parece estar dañada desde el 2 de junio, pero no parece haber un cambio en el flujo del agua hasta el 6 de junio, cuando la ruptura del muro y el derrumbe de los edificios cercanos pueden verse claramente en video.
Actualmente no está claro si los daños en la carretera están relacionados con la rotura del 6 de junio.
El ejército ucraniano acusó a Rusia de volarla deliberadamente. Esto parece plausible, ya que Moscú podría haber temido que las fuerzas ucranianas utilizaran la carretera sobre la presa para llevar tropas a través del río a territorio controlado por Rusia, como parte de una contraofensiva.
Pero el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó la implicación rusa y, en su lugar, culpó a Ucrania, calificándolo de acto de «sabotaje» que privaría de agua a la península de Crimea, una zona anexionada por Rusia en 2014.
La presa es muy importante y sirve para varios fines.
Retiene un vasto embalse que suministra agua a una gran cantidad de comunidades río arriba. Los agricultores dependen del agua para cultivar sus cosechas, y la ruptura podría afectar a decenas de miles de personas si retrocede lo suficiente.
La presa también suministra agua de refrigeración a la central nuclear de Zaporizhzhia, a unos 160 kilómetros río arriba, que está bajo control ruso y depende del embalse.
La planta nuclear de Zaporizhzhia depende del agua de esta represa para enfriar sus reactores nucleares.
Hasta el momento, los reportes indican que la situación está bajo control.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) dice estar vigilando la situación de cerca.
«La ausencia de agua en los sistemas de enfriamiento por un período extenso de tiempo podría causar la fusión del combustible y la inoperatividad de los generadores diésel de emergencia», indicó en un comunicado Rafael Grossi, vocero de este organismo.
Pero Grossi añadió que «no existe un riesgo inmediato para la seguridad de la planta».