Conferencia de Seguridad de Múnich

Vance sacude a los burócratas de la UE: «El enemigo no es Rusia; el verdadero enemigo de Europa viene de dentro»

Líderes europeos se hacen los indignados mientras Ucrania busca garantías ante posibles negociaciones de paz

Vance y los grandes burócratas de la Unión Europea
Vance y los grandes burócratas de la Unión Europea. PD

Ahora se hacen los indignados.

La Conferencia de Seguridad de Múnich, uno de los foros más importantes sobre política internacional y de defensa, se vio sacudida este 14 de febrero de 2025 por las duras declaraciones del vicepresidente estadounidense JD Vance.

En un discurso que ha dejado patidifusos a los adocenados líderes europeos, el Nº2 de Trump afirmó que la mayor amenaza para Europa no proviene de Rusia o China, sino «desde dentro«.

«La amenaza que más me preocupa respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo», subrayó Vance ante una audiencia atónita.

«Lo que me preocupa es la amenaza interna: el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con los Estados Unidos de América».

El vicepresidente estadounidense centró sus críticas en el retroceso en la libertad de expresión y las políticas migratorias europeas.

Vance acusó a los gobiernos europeos de ignorar la voluntad de sus ciudadanos y de reprimir las voces populistas y conservadoras.

La reacción de los líderes europeos no se hizo esperar.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, calificó las declaraciones de Vance como «inaceptables».

«Si le entendí correctamente, está comparando partes de Europa con regímenes autoritarios. Esto no es aceptable».

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, intentó rebajar la tensión calificando el discurso de Vance como «filosófico» y asegurando que el vicepresidente «enfatizó la unidad de EE.UU. y Europa… y aludió a nuestros valores comunes de libertad de expresión y democracia».

El discurso de Vance se produce en un momento crítico para las relaciones transatlánticas y para el futuro de Ucrania.

El presidente estadounidense Donald Trump sorprendió esta semana al anunciar conversaciones telefónicas con el presidente ruso Vladimir Putin para discutir un posible acuerdo de paz para Ucrania.

Esta jugada ha generado preocupación en Kiev y entre los aliados europeos, que temen quedar al margen de las negociaciones.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, quien se reunió con Vance en los márgenes de la conferencia, instó a Estados Unidos a no tomar decisiones sobre Ucrania sin contar con Ucrania.

«Nos sentaremos con Putin y pondremos fin a la guerra cuando tengamos un plan común», declaró Zelensky, subrayando la necesidad de una estrategia conjunta antes de cualquier negociación.

La situación en el terreno sigue siendo tensa.

Zelensky denunció que un dron ruso impactó la antigua central nuclear de Chernóbil, aunque los servicios de emergencia aseguraron que los niveles de radiación se mantienen dentro de los límites normales. Este incidente subraya la volatilidad de la situación y los riesgos que persisten en el conflicto.

El discurso de Vance ha puesto de manifiesto las crecientes tensiones entre Estados Unidos y sus aliados europeos.

Mientras la administración Trump parece buscar un acuerdo rápido para poner fin a la guerra en Ucrania, muchos en Europa temen que esto pueda hacerse a expensas de los intereses ucranianos y de la seguridad europea a largo plazo.

Algunos analistas ven en las declaraciones de Vance un intento de presionar a los aliados europeos para que asuman una mayor responsabilidad en su propia defensa.

Sin embargo, otros consideran que este enfoque puede debilitar la alianza transatlántica en un momento en que la unidad es crucial frente a los desafíos geopolíticos actuales.

La guerra en Ucrania, que ya se extiende por más de tres años, ha entrado en una nueva fase de estancamiento.

Según los últimos informes, las fuerzas rusas han logrado avances limitados en el frente oriental, ocupando la localidad de Velyka Novosilka en la región de Donetsk y acercándose a la frontera administrativa con la región de Dnipropetrovsk.

En la región de Járkov, las tropas rusas han avanzado al norte y al este de Kupiansk, capturando dos asentamientos.

Los ataques con misiles y drones contra infraestructura crítica ucraniana continúan.

En la última semana, se registraron 29 ataques de largo alcance rusos, incluyendo varios contra Kiev y las regiones occidentales de Ivano-Frankivsk y Jmelnitski.

Las fuerzas ucranianas lograron interceptar ataques en al menos 36 ocasiones.

El coste humano del conflicto sigue siendo elevado.

Los bombardeos rusos causaron la muerte de al menos 24 civiles en las regiones de Donetsk, Járkov, Jersón, Mykolaiv y Sumy solo en la última semana.

En este contexto, las declaraciones de Vance añaden un nuevo elemento de incertidumbre a una situación ya de por sí compleja.

La posibilidad de un acuerdo de paz negociado directamente entre Washington y Moscú genera temores de que Ucrania pueda verse obligada a hacer concesiones significativas.

El vicepresidente Vance, sin embargo, advirtió el jueves que Estados Unidos podría utilizar «herramientas de influencia económicas y militares» contra Rusia si Moscú no negocia un acuerdo de paz de buena fe.

Esta declaración parece ser un intento de tranquilizar a los aliados europeos y a Ucrania sobre el compromiso estadounidense con una paz justa y duradera.

La Conferencia de Seguridad de Múnich, que en años anteriores ha sido un foro para reafirmar la unidad transatlántica, se ha convertido este año en un escenario de tensiones y desacuerdos.

El discurso de Vance ha puesto de manifiesto las profundas diferencias que existen entre la administración Trump y los líderes europeos en cuanto a valores, prioridades y enfoques para abordar los desafíos globales.

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