Mientras la televisión estatal mostraba el vuelo del misil, al fondo se oían gritos de Alá u Akbar
Son malos, pero no tontos. Han percibido puntos de debilidad y diferencias de criterio entre EEUU y sus principales aliados y aprovechan la brecha, tensando la cuerda un poco más cada día.
En esta ocasión no es es el programa nuclear de los ayatolás lo que ha dejado perplejo al siempre diletante Occidente.
Irán acaba de anunciar el lanzamiento de un misil de largo alcance Shahab 3.
La cadena estatal PressTV ha mostrado imágenes del disparo de un cohete en una zona no identificada del centro del país, mientras de fondo se oían gritos de «Alá-u Akbar» (Dios es el más grande).
«Estamos esperando confirmación de que ha llegado con éxito a su objetivo», ha declarado poco después el general Hosein Salamí, responsable de las maniobras.
Según los analistas, el Shahab 3 tiene un radio de acción de entre 1.300 y 2.000 kilómetros, lo que le permitiría alcanzar Israel.
Salamí, que es el comandante jefe de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria, también ha dicho que durante la madrugada se había completado con éxito la segunda fase de las maniobras Gran Profeta IV.
Ese ejercicio consistió en el lanzamiento de sendos cohetes Shahab 1 y 2 (de alcance medio):
«Los informes que hemos recibido indican que, como los misiles de corto alcance probados ayer, llegaron a sus destinos con precisión».
El general ha subrayado que en todos los casos se trata de proyectiles manufacturados por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, también conocidos como Guardia Revolucionaria o Pasdarán.
Esta milicia de élite, creada por el ayatolá Jomeiní para defender la Revolución Islámica, constituye un verdadero ejército paralelo y está mucho mejor equipado y entrenado que el ejército convencional.
Además del abastecimiento de misiles, también controlan el programa nuclear.