El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, dijeron hoy que el acuerdo que intermediaron con Irán en torno a su programa nuclear es el mismo que exigían e intentaban negociar desde hace años las grandes potencias que ahora lo critican.
Los dos gobernantes, en una rueda de prensa conjunta que dieron al concluir su encuentro en Brasilia, dijeron que, por ahora, Irán ha cumplido lo acordado y que consideran que respetará sus promesas, por lo que no ven espacios para la adopción de sanciones contra ese país.
«Si el documento (acordado con Irán) era lo que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) reivindicaba desde octubre y está muy cerca a lo que (Estados Unidos) nos pidió en la carta que ambos recibimos, ¿por qué no aceptan ahora lo que está en el documento?», se preguntó Lula.
Pese a que no especificó el contenido de la carta que recibió del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, antes de su viaje a Teherán, Lula dijo que las reivindicaciones fueron incluidas en el acuerdo suscrito por Irán.
Según el brasileño, las potencias que poseen armas nucleares alegaban que no se podía confiar en Irán, que el Gobierno de Teherán no quería sentarse a la mesa y que no cumple lo que promete.
«Establecimos un plazo de siete días para que Irán presentara su propuesta a la OIEA, lo que ya hizo; otro de 30 días para que entregue su uranio y otro de un año para que lo reciba enriquecido. Era todo lo que ellos querían», afirmó Lula al referirse a las exigencias de las potencias que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Erdogan atribuyó las críticas a la «envidia» de algunos países que desde hacía mucho tiempo intentaban esa negociación.
«Los que critican el proceso son envidiosos. Trabajamos en lo que ellos exigían y esperaban, y lo conseguimos», dijo el primer ministro de Turquía, que hoy cumplió el segundo de sus cuatro días de visita oficial a Brasil.
«Estamos trabajando por la paz mundial y no necesitamos permiso de nadie para actuar o no. Estamos felices en conseguir un éxito diplomático. Los dos países somos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y por eso tenemos una responsabilidad con la paz», agregó Erdogan.
En la Declaración de Teherán, Brasil, Irán y Turquía sentaron las bases para que las autoridades iraníes entreguen al Gobierno turco 1,2 toneladas de uranio enriquecido al 3,5%, para recuperar un año después 20 kilogramos de uranio al 20%.
Ese intercambio es considerado una garantía de que Irán no está enriqueciendo uranio para fabricar armas nucleares y que el uranio enriquecido que necesita es para programas pacíficos.
El acuerdo fue alcanzado durante el encuentro que Lula y Erdogan tuvieron la semana pasada con el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y su objetivo es evitar que sean adoptadas nuevas sanciones contra el régimen de Teherán.
Pese a ese esfuerzo, en los últimos días algunos miembros del Consejo de Seguridad, principalmente Estados Unidos, han manifestado dudas sobre el alcance del acuerdo.
«Ahora, tras el compromiso asumido por Irán, es necesario que esos países digan claramente si quieren construir posibilidades de paz o posibilidades de conflicto», afirmó Lula.
«Creo que Irán está cumpliendo hasta ahora lo que prometió. Esperamos la respuestas de la OIEA para ver los próximos pasos. La OIEA tiene la carta de Irán», agregó.
Lula dijo que el éxito del proceso dependerá de que los países del Consejo de Seguridad estén dispuestos a negociar. «Si alguien no está dispuesto, no habrá acuerdo. Es necesario airear la cabeza de los negociadores para que salgan pensando en la paz y no en la guerra», dijo.
«En este momento no hay espacio para sanciones porque Irán cumplirá. Proseguiremos nuestros esfuerzos hasta el fin porque consideramos que la única forma de servir a la paz mundial es con esas iniciativas», añadió Erdogan.
