El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ofrecido este jueves la liberación de 1.000 presos palestinos a cambio del soldado Gilda Shalit, capturado por Hamás hace ya cuatro años.
Su secuestro provocó en 2006 la incursión de tropas hebreas en Gaza y Cisjordania.
En una declaración pública transmitida en directo a todo el país, Netanyahu aseguró que todos los israelíes quieren recuperar a Shalit sano y salvo.
Sin embargo, ha explicado que no pueden «pagar cualquier precio» porque las experiencias pasadas demuestran que muchos palestinos liberados han vuelto a cometer ataques contra israelíes.
El anuncio de Netanyahu coincide con la última campaña de la familia de Shalit, que el domingo emprendió una marcha hacia Jerusalén acompañada de un grupo de seguidores.
Han asegurado que acamparían a las puertas de la residencia del primer ministro hasta que el soldado regresara a casa.
Esta última oferta de Netanyahu más que duplica la última, en la que Israel decía estar dispuesto a sacar de las cárceles a 450 prisioneros palestinos.
