BAGDAD, 9 (Reuters/EP)
El primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, ha pedido a la oposición que aparque momentáneamente sus diferencias y se una a él en un Gobierno de unidad nacional.
En respuesta, sus potenciales compañeros de coalición han insistido en que este escenario está muy lejos de tener lugar, después de que las elecciones parlamentarias del pasado mes de marzo no arrojaran un vencedor directo.
«Debemos sentarnos y dialogar hasta que lleguemos a una posición común», declaró Maliki, quien sólo cuenta hasta el momento con el apoyo explícito del clérigo antiestadounidense, Muqtada al Sadr. «Apelo a los partidos para que se sienten en la mesa de negociaciones», añadió el primer ministro, quien consideró que «no se puede alcanzar este objetivo sin mostrar algo de flexibilidad y algo de predisposición».
Su principal rival, el bloque suní Iraquiya, se ha negado en rotundo a dialogar con Al Maliki, al que le exigen que dimita. «La decisión de Iraquiya de no formar parte del Gobierno de Al Maliki es final e irreversible», apuntaron.
Liderado por el ex primer ministro Iyad Allawi, el bloque Iraquiya obtuvo el mayor número de escaños, 91, en las últimas parlamentarias, frente a los 89 conseguidos por la coalición de Al Maliki, Estado de Derecho que ni siquiera con los 39 escaños de los saderistas se acerca a los 163 escaños necesarios para la mayoría.
Todo podría quedar en manos del bloque kurdo, que obtuvo 56 escaños, pero de momento el grupo insiste en ralentizar el proceso de negociación y prefiere dialogar individualmente con el resto de bloques para conseguir un gobierno completamente integrado que conceda protección a la minoría kurda y más autonomía a la región separatista del norte de Irak.
