Ashtiani, a la espera del Tribunal Supremo iraní

Sakineh Mohamadi Ashtiani, la ciudadana iraní condenada a morir en la horca por haber asesinado a su marido, no va a ser ejecutada aún porque su proceso aún no ha concluido ya que el Tribunal Supremo debe ratificar también la pena y todavía cabe la posibilidad de que en último término el poder judicial la modifique, ha explicado el este jueves el embajador iraní en Madrid, Morteza Saffari Natanzi.

En un encuentro con periodistas españoles, el embajador ha lamentado que su caso se haya instrumentalizado y que la prensa internacional se haya hecho tanto eco presionando a las autoridades de su país para que tomaran posición.

Esto ha ocurrido también en España, ha señalado, ya que la prensa ha recogido la información de una organización, cuyas «fuentes no están claras», que advertía de que Ashtiani iba a ser ejecutada ayer miércoles, obligando al Gobierno a posicionarse, y finalmente ha quedado claro que esa noticia «no tenía ninguna base real».

Según Saffari, en torno al caso de Ashtiani, «una ciudadana normal de una aldea perdida», se ha dado mucha información que no es cierta. Así, ha dejado claro que «en Irán no se aplica la lapidación desde hace diez años» y de hecho en la reforma que se está preparando del Código Penal ni siquiera se recoge esta opción para los condenados a muerte. En su opinión, detrás de estas informaciones están «fuentes enemigas» a las que los medios internacionales le dan «bombo y platillo».

El embajador ha explicado que el caso de Ashtiani aún no está cerrado ya que aunque su condena a muerte en la horca por el asesinato de su marido hace cinco años ha sido refrendada por dos tribunales, ahora debe pronunciarse el Tribunal Supremo. «Si el Supremo ratifica esta pena, deberá darle entonces su visto bueno el presidente del poder judicial», ha añadido.

Si esto ocurriera, según Saffari, el sistema judicial iraní contempla otra opción que estipula que la acusación popular, en este caso la familia del marido de Ashtiani y los hijos de ésta, acceda a que se rebaje la pena del acusado. Como ejemplo, citó el caso de un joven que asesinó intencionadamente a un amigo y la familia de éste accedió a que no se le ejecutara a cambio de que el Estado le compensara por su muerte.

Por otra parte, el embajador ha rechazado que los dos abogados a los que se ha presentado como defensores de Ashtiani lo sean. Según ha indicado, Mohamad Mostafaei, al que se consideraba el primer abogado de la iraní, nunca fue su representante legal sino que lo que hizo fue «darse propaganda a sí mismo para poder tener nombre en el exterior y luego huyó del país».

Tampoco ha sido nunca su abogado Houtan Kian, ha precisado, aclarando que éste era en realidad «el intermediario de los dos supuestos periodistas alemanes que querían entrevistar al hijo de Ashtiani y que fueron detenidos por estar ilegalmente en el país».

Según el embajador, Ashtiani sí tiene abogados y sus nombres los tienen en Tabriz, donde está encarcelada. En Irán, ha añadido, los clientes firman un contrato con sus abogados, algo que no ocurrió en el caso de Mostafaei y Kian.

CUESTION NUCLEAR

En otro orden de cosas, Saffari ha reiterado que Irán está dispuesto a discutir sobre su programa nuclear, que es «pacífico y civil», y ha recordado que no es sino la continuación de los planes nucleares que se habían aprobado en época del shá y que contaban con el visto bueno de Estados Unidos.

Sin embargo, el triunfo de la Revolución Islámica dejó a Estados Unidos sin los beneficios que tenía en Irán y esto les llevó a tratar por todos los medios de acabar con el nuevo régimen. Su último intento, según el embajador, ha sido la polémica en torno al programa nuclear iraní.

En este sentido, ha subrayado que su país tiene el «récord de inspecciones por parte de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA)» y que este organismo se ha dado por satisfecho con las aclaraciones que Teherán le ha dado a las dudas que había en torno al mismo.

Así pues, todo es una cuestión «política» por parte de Estados Unidos, ha señalado Saffari, para quien es «normal» que los estadounidenses «tomaran una posición hostil» hacia Irán. Los iraníes, ha añadido, han tratado de defenderse, pero no tienen los medios que tienen los estadounidenses, de ahí el que «la imagen que se ve en otros países no sea la real de Irán».

Por último, ha destacado las «relaciones históricas» que mantienen España e Irán y que se remontan a hace más de cinco siglos y ha asegurado que las empresas españolas tienen muchas oportunidades de negocio en su país. Prueba de ello es la presencia de las principales empresas energéticas como Repsol, Campsa o Gas Natural.

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